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Eutanasia, cómo decidir y asesorarse a la hora de despedir a una mascota Opinión

Eutanasia, cómo decidir y asesorarse a la hora de despedir a una mascota

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Francisco Araneda San Martín
Por : Francisco Araneda San Martín Médico Veterinario Hospital Clínico Veterinario Universidad Andrés Bello Concepción
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Hoy en día la relación con nuestras mascotas es muy estrecha, para algunos es mucho más que una mascota, es un integrante más de la familia, razón por lo que se hace difícil la decisión de dejarlas partir, proceso que siempre se hace doloroso.

Es en esta difícil instancia en la que debemos estar conscientes que durante el tiempo a nuestro lado supimos brindarles una hermosa y buena calidad de vida.

La Eutanasia (del griego “buena muerte”) se define como el acto de permitir la muerte mediante la supresión de medidas médicas extremas y/o provocar la muerte indolora de un animal que sufre una condición penosa o una dolorosa enfermedad incurable o de difícil recuperación. Los métodos para provocarla están diseñados para causar el mínimo dolor y estrés.

Entendiendo etimológicamente el concepto, surge la interrogante ¿cómo y cuándo decidirlo con nuestras mascotas? Fundamentalmente cuando la calidad de vida se deteriora y hace imposible actos como el comer o tomar agua, o algo tan simple, como movilizarse de un lugar a otro para orinar o defecar. Cuando la calidad de vida se encuentra deteriorada es ahí cuando se debe ser más generoso y pensar con el corazón, ya que ha llegado el momento de despedirla, para que parta dignamente.

Las condiciones para llevar a cabo la eutanasia son aplicables cuando el dolor y sufrimiento por enfermedades o lesiones son graves e incurables, también en pacientes de edad avanzada y con deterioro progresivo de la calidad de vida que conllevan patologías que van en desmedro de esta y en algunos casos animales con problemas de comportamiento peligrosos (agresiones a personas) los cuales
son de muy difícil o imposible tratamiento.

Es importante recalcar que cada caso debe ser analizado por el médico veterinario, teniendo en cuenta todas las perspectivas, los matices, pros y contras, valorando riesgos, la evaluación y probabilidad de éxito de tratamientos, situación económica del propietario, etc. Siempre considerando que el objetivo principal es hacer todo lo que esté al alcance para conseguir el bienestar del animal y esto, en algunas ocasiones, conlleva acabar con un dolor duradero, terminando por piedad con la vida del animal.

Es el médico veterinario tratante quien bajo su criterio, orientará en el proceso, explicará y guiará en la toma de decisión a la familia y/o tenedor responsable.

Muchas veces el procedimiento puede ser realizado solo con el personal médico o bien en presencia de los dueños, quienes con mucho amor y respeto acompañarán a la mascota en este proceso sin dolor, suave y tranquilo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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