La esporotricosis es una enfermedad micótica subcutánea generada por un hongo llamado Sporothrix spp., que incluye diferentes especies como S. brasiliensis,ndiagnosticado en los felinos en el sur de Chile.
La especie S. brasiliensis, presente en Brasil y algunos países de Sudamérica, es un hongo emergente, asociado a los viajes, debido a la estrecha relación de los felinos con las personas y a viajar junto con ellos, por la cual ha logrado diseminarse a distintas naciones.
El Sporothrix spp. es un hongo geofílico y dimórfico, eso quiere decir que se encuentra en el suelo, plantas y en la materia orgánica vegetal, como la corteza y las espinas de los árboles, y en material en descomposición. Además, tiene dos aspectos morfológicos que dependen de la temperatura y humedad específica.
Esta enfermedad afecta principalmente a la piel, al tejido subcutáneo y linfático. Las especies implicadas son principalmente caninos y felinos, siendo los últimos los más importantes por su rol en la trasmisión de la enfermedad a las personas, siendo una zoonosis.
Cabe destacar que esta patología afecta principalmente a aquellos felinos que tienen características de vida outdoor, callejeros y que se encuentran sin castrar.
Por otra parte, dado el hábito que tiene el felino de arañar troncos de árboles y otras superficies y enterrar sus heces, junto con el lamido de las uñas y cuerpo, el agente queda en su cavidad nasal, bucal y garras, pudiendo albergar las estructuras de este hongo, exponiendo al animal a la infección, así como a otros huéspedes tales como perros, gatos y personas.
La esporotricosis felina genera signos en la piel o cutáneos principalmente con erosiones, úlceras, fístulas, principalmente en la cabeza, cara, cuello y en extremidades. Otros signos clínicos incluyen problemas respiratorios, oculares y neurológicos, pero son menos frecuentes.
En las personas, se transmite a través de mordeduras, arañazos y por contacto con el exudado de las lesiones contaminadas principalmente de felinos. La especie de S. brasiliensis en la mayoría de los casos, tiene mayor virulencia conocida, afecta principalmente a la población pediátrica y adultos mayores. Las manifestaciones clínicas dependen de la respuesta inmunitaria del huésped, la virulencia de la cepa y del tamaño del inóculo, incidiendo principalmente a nivel cutáneo-linfático.
El diagnóstico de esta patología en felinos se basa en los antecedentes del paciente, signos clínicos, y con pruebas diagnósticas. Es una enfermedad que tiene tratamiento y se basa en fármacos antimicóticos.
Esta enfermedad es de relevancia para la salud pública, por lo que los médicos veterinarios cumplen un rol fundamental junto a la medicina humana en reconocer la infección para su posterior control.
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