Esta ave, conocida como “siete colores”, habita en los humedales de la zona centro sur de nuestro país. En este día se desarrollarán distintas actividades gratuitas, como en el Parquemet.
En 2014 se realizó la primera versión del Día de la Fauna Chilena, el que se ha transformado en uno de los proyectos más importantes del Instituto Jane Goodall Chile. Este evento gratuito que desde entonces se ha desarrollado todos los años y busca que los asistentes conozcan, valoren y protejan a la fauna chilena.
Para conseguir esto se realizan diversas actividades educativas que concientizan a niños, niñas, jóvenes y adultos sobre la importancia del cuidado del ambiente y el entorno. Este año tendrá doble celebración: el 4 y 5 de noviembre desde las 10:00 hrs en el sector Plaza Centenario de Parquemet.
La invitación es a aprender sobre la conservación de nuestra fauna de manera divertida, como el apoyo de más de 40 organizaciones comprometidas con la conservación de la biodiversidad y que se reunirán para ofrecer una experiencia enriquecedora.
Pero este día también invita a la reflexión. Los Juegos Panamericanos siguen revolucionando Chile con alegría, victorias y Fiu, el pajarito mascota de este evento deportivo que se ganó el cariño del público.
En la vida real, el nombre de esta ave es Siete Colores (Tachuris rubrigastra), habita la zona centro sur de nuestro país y vive en humedales particularmente entre la totoras, su existencia se ha visto amenazada por la depredación inmobiliaria, la sequía y la contaminación. De allí, que para asegurar la supervivencia de esta especie es importante cuidar también su hogar.
Dominique Charlin, experta en biodiversidad y vocera de Greenpeace detalla que “actualmente, los humedales se encuentran bajo amenaza y están desapareciendo por múltiples factores: la expansión urbana, la deforestación, las alteraciones en la dinámica del agua por extracción, intercepción y/o desvíos de los cauces; por la extracción indiscriminada de los recursos naturales por parte de las industrias forestales, ganaderas y agrícolas; por la contaminación de origen industrial y doméstica; debido a la introducción de especies exóticas invasoras que modifican el equilibrio ecosistémico y el cambio climático”.
La organización ambientalista entrega cinco datos que explican la importancia de los humedales para la conservación de Fiu y para el bienestar humano, que de paso, se vinculan con el cuidado de la Fauna, cuyo día se conmemora este 4 de noviembre:
Lagos y ríos también se consideran humedales: La característica principal de estos espacios es que cuentan con la presencia de agua y húmedad, que puede ser permanente o temporal. De ahí que lagos, ríos, marismas, pantanos, turberas, salinas, playas de arena, embalses, canales de regadío y muchos otros se consideran humedales.
Comida y refugio: Por las características de la vegetación que crece en los humedales (de forraje permanente), estos sitios ofrecen alimentación, refugio, zonas de reproducción y anidación, además de ser zonas de descanso para múltiples especies de aves migratorias.
Amortiguan las inundaciones: Otra de sus funciones tiene que ver con la prevención de los desastres. ¿La razón? “Cuando el volumen del agua aumenta, por tormentas o aumento en las mareas, este “exceso” de agua tratará de volver a los ríos, arrasando con todo a su paso. Situación que hemos visto repetirse muchas veces en nuestro país”, explica Dominique Charlin, especialista en biodiversidad y vocera de Greenpeace.
En estos casos, los humedales funcionan como esponjas, absorbiendo parte de este exceso y reduciendo el volumen y velocidad con el que el agua emprende este recorrido, protegiendo a su vez a las comunidades aledañas que podrían verse afectadas por estos fenómenos naturales.
Consumen mucho CO2: Estas zonas son grandes consumidores de CO2, por lo que limpian el aire y son uno de nuestros mejores aliados en el combate contra el cambio climático.
Limpian y disponibilizan el agua: Muchas de las plantas presentes en los humedales son capaces de eliminar sustancias tóxicas que provienen de productos químicos como los plaguicidas o de derrames industriales como las actividades mineras. Además, estos espacios son fuentes de almacenamiento de aguas para consumo humano y, según las características del terreno, filtran agua y colaboran con la recarga de los acuíferos”, explica Charlin, de Greenpeace.
La petición entonces es a la ciudadanía y al gobierno. “Nuestro deber como personas naturales es cuidar el espacio que habitamos, reduciendo nuestro consumo y evitando el desecho de productos contaminantes. A nuestras autoridades hacemos un llamado a fiscalizar y sancionar para la protección de los humedales, labor que hasta ahora no vemos que se esté cumpliendo según las importantes necesidades de proteger estas zonas con alto valor ecológico presentes a lo largo y ancho de nuestro país”, añade Charlin.