Los festejos y celebraciones de fin de año suelen tener una figura común: los fuegos artificiales. Estas luces, con su destello llamativo y su sonido estruendoso, pueden resultar alucinantes para algunos, pero para nuestras queridas mascotas, en lugar de un momento de celebración, podrían convertirs
Diciembre es el mes de las celebraciones, con distintas manifestaciones festivas: árboles de Navidad, diversos adornos y, en la última semana del mes, los tan preciados fuegos artificiales. Sin embargo, para algunas mascotas, estos representan un elemento de estrés y ansiedad.
Paola Mujica, académica de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas (UDLA), comenta que “el ruido fuerte es un estímulo bastante estresante para muchas mascotas, y una forma de mitigar esto es dedicarle más tiempo al animal y proporcionarle más espacios de recreación, con paseos adicionales y más juegos con su familia u otros animales”.
La docente añade que “un alto nivel de estrés sostenido en el tiempo puede predisponer al animal a enfermedades infecciosas, parasitarias y autoinmunes, por lo que es necesario minimizar el estrés en estas fechas”. También señala que “no solo el ruido es peligroso, sino también algunos alimentos u objetos que los perros podrían ingerir. Por tanto, es importante aumentar la vigilancia y el cuidado de nuestras mascotas en esta época”.
¿Cuáles son las señales de estrés o ansiedad en las mascotas durante los fuegos artificiales? La profesional de Medicina Veterinaria señala que “al escuchar el ruido, las mascotas podrían manifestar señales evidentes e inmediatas, como huir desesperadamente, intentar esconderse, tiritar o aullar”. Pero, ¿qué sucede si el animal está expuesto anteriormente a estos estímulos? “El animal podría empezar a anticipar el ‘peligro’ y manifestar conductas previas al espectáculo pirotécnico, como sacudidas excesivas, tendencia a rascarse, lamerse la nariz, beber más agua, jadear más y estar más inquieto”, agrega la experta.
“La primera precaución es evitar que las mascotas estén expuestas a estos estímulos”, indica Mujica. Sin embargo, añade que “si eso no es posible, se debe procurar un ambiente cerrado, seguro y protegido donde el animal no pueda escapar ni hacerse daño en caso de un comportamiento de escape desesperado”. Comenta que “idealmente debe ser un lugar que le guste al animal, como la habitación de su dueño, y deben estar disponibles su cama y algún refugio preferido, junto con agua para beber”.
“Lo primero es minimizar la ansiedad y el exceso de energía previos al evento pirotécnico”, afirma la experta, señalando que “esto implica sacar a pasear al perro antes, jugar con él o ella, y prestarle atención para fortalecer el vínculo de confianza”.
Un factor importante, menciona Paola Mujica, es que “en el momento mismo del ruido puede ser útil contener físicamente al animal (tenerlo en brazos si es pequeño o abrazado si es grande), considerando siempre que podría generarse un comportamiento de escape desesperado. El animal tratará de esconderse a toda costa, incluso saltando de los brazos de la persona que lo está conteniendo, por lo que se sugiere contenerlos a nivel del suelo, proporcionar un refugio para que puedan esconderse si lo necesitan y mantenerlos en un lugar cerrado, seguro y con su collar y dispositivo de identificación externa”.
Ella enfatiza la importancia del sistema de identificación externa “porque, en caso de escape, puede facilitar el proceso de identificación del animal. Recuerda que siempre debe estar registrado en el Registro Nacional de Mascotas, idealmente a través de su número de microchip”.
“Para casos de fobias, un Médico Veterinario podría prescribir algún fármaco”, explica la profesional veterinaria. Además, menciona dispositivos como chaquetas ajustadas al cuerpo del animal y sugiere también que “existen terapias complementarias que, aunque su efecto no está totalmente respaldado por evidencia científica, podrían colaborar. Por ejemplo, la aromaterapia y terapias con flores de Bach, entre otras”.
Paola Mujica comenta que “es muy importante el apoyo de los tutores y su preocupación por estos eventos. Si se toman las precauciones adecuadas, esta situación no debería ser peligrosa para el animal. En casos extremos, de fobias, se sugiere consultar previamente con un Médico Veterinario”.
Es importante considerar que para apoyar a las mascotas en este tipo de eventos pirotécnicos, el proceso de acostumbramiento debe ser gradual y “requiere tiempo, comenzando al menos 3 semanas antes del evento. Se debe exponer al animal a pequeñas dosis del estímulo e incentivar que el animal pueda ‘ignorar’ el estímulo, usando un refuerzo positivo como una galleta o un juguete. El tiempo que tome este ejercicio, el nivel de avance y el éxito dependerán de cada animal y tutor. Estos manejos conductuales deben ser diseñados según cada caso en particular”, indica la especialista.
En última instancia, el bienestar de nuestras mascotas depende de la precaución, la empatía y el cuidado que les brindamos en momentos de estrés como las festividades de fin de año. Observándolos, protegiéndolos y cuidándolos, podemos contribuir a crear un entorno más seguro y reconfortante para nuestros compañeros peludos, asegurándonos de que puedan disfrutar de estas celebraciones de manera más tranquila y sin poner en riesgo su salud y bienestar.