Académica especialista en movilidad analizó los principales desafíos del país en la materia a cinco años de la promulgación de la Ley de Convivencia Vial, la cual busca, precisamente, mejorar la relación entre las personas que utilizan los diferentes tipos de transporte en la ciudad.
El pasado viernes 22 de septiembre se celebró en todo el orbe el Día Mundial sin Auto, una instancia que invita a ocupar otros medios de transporte que no impliquen la utilización de combustibles fósiles. La idea es caminar u ocupar bicicletas y scooters, medios de desplazamientos amigables con el medioambiente.
Si bien su implementación puede ser una gran alternativa para reducir la huella de carbono a nivel mundial, actualmente su uso cada vez más masivo ha generado más de algún dolor de cabeza, sobre todo entre los transeúntes; pese a que desde el 2018 existe en nuestro país la Ley de Convivencia Vial, la que especifica cuál debe ser el rol de los ciclos, es decir de bicicletas, monopatines o scooters de una potencia máxima de 0,25 kilowatts y no más de 25 kilómetros por hora de velocidad.
Para Alejandra Valencia, docente de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, “la ley establece claramente que este tipo de vehículos deben circular por las ciclovías o en la ausencia de ellas, deben hacerlo por la pista derecha de la calzada”.
Actualmente, la mayoría de este tipo de vehículos circula por la acera, lo que genera la molestia de los peatones y transeúntes.
“La ley es clara porque dice que este tipo de vehículos solo pueden circular por la vereda en casos especiales, como por ejemplo, cuando son conducidos por menores de edad de hasta 14 años, adultos mayores o personas que circulan con niños pequeños”, detalló la académica.
“También hay que recordar que cuando existen ciclovías habilitadas la prioridad la tienen los peatones por sobre los ciclos”, agregó.
Para la experta, la información es bastante clara y ya ha sido entregada y divulgada, pero a su parecer, aún faltan detalles. “Aún estamos en falta en torno a los deberes de las personas que circulan en ciclos y la mayor concientización y educación de que son vehículos y que por lo tanto tienen que respetar la convivencia vialy ser más respetuosos con los peatones y cuando circulan por las calzadas”, detalló Valencia.
En otros países y ciudades se han tomado medidas estrictas y tajantes en cuanto a los scooters. Por ejemplo, en Paris, y tras una votación popular, se decidió retirar este tipo de vehículos ligados a aplicaciones a contar desde el 1 de septiembre de este año, debido a que generaban una mayor congestión vial.