Opinión
Este viernes, el programa “Mi Taxi Eléctrico” aterrizó en una nueva región. Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Energía y ejecutada por la Agencia de Sostenibilidad Energética, brinda un apoyo tangible para que los dueños de taxis y taxis colectivos puedan dar el salto hacia vehículos 100% eléctricos.
Valoramos profundamente los esfuerzos del Gobierno por extender la electromovilidad a las regiones. Desde la incorporación de los primeros 50 taxis BYD 100% eléctricos en Santiago en 2021, hemos sido testigos de cómo el programa ha alcanzado a regiones como O’Higgins, Antofagasta y ahora Biobío.
La movilidad eléctrica ofrece una oportunidad única para nuestro país: mejora la calidad de vida de las personas, conecta comunidades, facilita el acceso a servicios esenciales y, al mismo tiempo, contribuye a la reducción de emisiones de CO2. Para los dueños de taxis y taxis colectivos, los beneficios son aún mayores, como un ahorro promedio de 5 millones de pesos anuales en energía y costos de mantención, por mencionar algunos.
Llevar la electromovilidad a las regiones significa más que descentralizar el transporte. Por eso, iniciativas como “Mi Taxi Eléctrico” son fundamentales. Si realmente aspiramos a ser líderes en la región, debemos expandir estos beneficios de manera significativa.
Todo esto es clave para construir un futuro más limpio y habitable. Por ello, es esencial seguir impulsando la electromovilidad hasta que llegue a todas las regiones de Chile. La electromovilidad no es el futuro; es el presente, y es nuestra responsabilidad acelerar su desarrollo en todo el territorio nacional.
