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Nuevas experiencias en Río de Janeiro: panoramas para volver a enamorarse de la ciudad carioca Viajes

Nuevas experiencias en Río de Janeiro: panoramas para volver a enamorarse de la ciudad carioca

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Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista UC
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Un apasionante paseo en helicóptero sobre la ciudad carioca, un desayuno al amanecer desde la cima del Corcovado o comer en premiados y exquisitos restaurantes son algunas de las propuestas exclusivas que se ofrecen en Río de Janeiro, uno de los destinos turísticos favoritos de las y los chilenos.


Ya sea en verano o en invierno, con ola de calor o lluvia, Rio de Janeiro es una ciudad que siempre da gusto visitar y disfrutar. Sus paisajes, su variada entretención y su gente hacen que se quiera volver una y otra vez a la Cidade Maravilhosa.

Y si eres alguien que ya conoce Río, pero quieres vivir nuevas experiencias y estás dispuesto a gastar un poco más, toma nota porque siempre hay nuevas formas de recorrer la ciudad, probar premiados sabores y re-visitar lugares quizás conocidos pero desde una nueva vivencia como andar en helicóptero o yate o comer en los mejores lugares del mundo.

Paseo en helicóptero desde el Pan de Azúcar

El Pan de Azúcar (Pão de Açúcar) y el Cristo Redentor son dos de las principales atracciones de la ciudad que se pueden disfrutar a bordo un helicóptero.

A través del teleférico (bondinho) que permite disfrutar de hermosas vistas desde casi 400 metros de altitud se asciende el famoso cerro ubicado en la bahía de de Guanabara.

La opción de diez minutos, por ejemplo, cuesta 820 reales por persona y recorre la Laguna Rodrigo de Freitas, el Jardín Botánico, el Cristo Redentor, la Playa de Arpoador y la Playa de Ipanema.

Si tienes suerte y te toca un día despejado, la vista es espectacular. Si está nublado la experiencia también es inolvidable, sobre todo porque el piloto de la la empresa Helisight hará todo lo posible para lograr las mejores vistas del lugar.

Amanecer en la cumbre del Corcovado

Si has visitado antes el Cristo Redentor sabes que es un lugar que está lleno de gente disfrutando del paisaje e intentando sacar fotografías lo más despejadas posible. Allí se llega por taxi, bus o principalmente por el Trem do Corcovado que sale desde la estación Ferro do Corcovado.

Por eso la propuesta del Hotel Fairmont, uno de los cinco estrellas ubicado en Copacabana, no deja de ser más que interesante. El hotel tiene la concesión exclusiva de visitar el monumento al amanecer, sin tumulto y sin filas. Alrededor de las cinco de la mañana. aún a oscuras, sale el tour en van que lleva a ver el amanecer y todo sus colores en un desayuno inolvidable a los pies del Cristo con una vista espectacular y solo para el reducido grupo que esté asignado.

La estatua tiene una altura de treinta metros sobre un pedestal de ocho metros y está a setecientos metros sobre el nivel del mar. Es uno de los destinos turísticos más conocidos e importantes de Río y de todo Brasil, y uno de los lugares más visitados del mundo, cerca de 15 mil personas diariamente.

Paseo en yate o catamarán de lujo

Navegar por la costa de Río de Janeiro es algo que puede hacerse en diversas opciones: veleros, botes, lanchas, catamaranes, con variados tamaños y precios.

Pero poder ver toda la ciudad desde el mar, bebiendo espumante o variada coctelería y con un cóctel gourmet es un recuerdo para toda la vida.

Se puede hacer a cualquier hora del día, incluyendo el atardecer. Se puede embarcar desde Marina da Gloria y navegar a lo largo de la Bahía de Guanabara para recorrer lugares emblemáticos y disfrutar de impresionantes vistas del Pan de Azúcar, el Cristo Corcovado, las playas de Copacabana e Ipanema hacia Niterói.

Para los Amanes de la naturaleza y según la duración del viaje, se puede llegar hasta el deshabitado archipiélago de las islas Cagarras. para disfrutar del paisaje marino y sus peces.

Gastronomía de primer nivel

Ahora si lo tuyo es comer de primer nivel y alta cocina, debes tener en cuenta que Rio de Janeiro es una de las principales capitales gastronómicas de Sudamérica y cuenta con varios restaurantes con estrellas Michelin y que están entre los mejores de Latinoamérica y el mundo.

La fusión de los sabores locales con influencia internacional hace un deleite sensorial que se disfruta completamente. Son varios los exclusivos lugares, pero ahora destacaremos tres.

Lasai. Ubicado en Humaitá, un pequeño barrio ubicado en la zona sur de Río de Janeiro, ha sido reconocido con una estrella Michelin desde el 2015 y es actualmente el restaurante número 14 de los mejores de Latinoamérica y 58 del mundo.

De la mano del chef Rafael Costa e Silva y su esposa Malena Cardiel, su cuidada gastronomía se enfoca en el manejo de los vegetales, sin dejar de lado los más frescos productos del mar y las mejores carnes.

La elaborada propuesta parte en las dos huertas de Lasai, una en Itahnangá y la otra en Vale das Videiras, que son la base de la inspiración para el menú de degustación que se adapta al respeto del sabor y la temporada de sus productos.

La experiencia única y deliciosa se vive en un espacio íntimo y minimalista, con una barra para un máximo de diez comensales que se acomodan frente al equipo y su cocina para apreciar directamente como preparan y montan cada detalle de cada plato de cada tiempo.

Oteque. En el barrio de Botafogo, este restaurante cuenta con dos estrellas Michelin y ocupa el lugar número 20 en Latinbomaerica y 76 en el mundo.

El chef Alberto Landgraf se centra en ingredientes locales, frescos y de alta calidad que combinan a la perfección con una cuidada presentación que se disfruta y saborea.

El salón es simple, elegante, pero también con toques de informalidad, logrando un acogedor ambiente acompañado con buena música de fondo.

Oro Restaurante destaca con sus dos estrella Michelin en el barrio de Leblon, e invita a una propuesta innovadora, que combina los sabores locales con preparaciones universales.

A cargo del chef Felipe Bronze, su propuesta esta en constante evolución, rescatando sabores locales, que llevan a más de un comensal a reconocer sus sabores de infancia, pero con una propuesta moderna y osada.

Su especialidad entonces es transformar la comida casera de raíces brasileñas en platos sofisticados y llenos de sabor con métodos de vanguardia y presentaciones artísticas.

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