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Transformación digital con sentido: Innovación responsable en la industria turística Opinión

Transformación digital con sentido: Innovación responsable en la industria turística

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Marta Lorenzini
Por : Marta Lorenzini CEO & Co Founder de Real Travel App.
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Los viajeros de hoy buscan algo más que los tradicionales recorridos turísticos que han dominado el mercado durante décadas. El turista moderno anhela conexiones más profundas con los lugares que visita, priorizando actividades que ofrezcan autenticidad y un toque personal. Prefieren opciones que les permitan interactuar directamente con su entorno, eligiendo destinos menos concurridos para descubrir joyas ocultas, más allá de las atracciones superficiales.

Y justamente, es para esto que la tecnología desempeña un papel fundamental en el desarrollo y la facilitación de la conexión entre el viajero y el destino. Para no solo descubrir, sino también llegar, apreciar, aprender e interactuar con estos lugares únicos e irrepetibles, llenos de historias, tradiciones, olores y sabores auténticos. Así, incluso los pobladores locales se benefician de esta tecnología, porque el turista está dispuesto a pagar para sentirse como uno más de ellos.

En este frenesí del siglo XXI, donde las empresas tecnológicas compiten por lanzar servicios en el menor tiempo posible y por ser las más innovadoras y disruptivas, a menudo olvidan la base fundamental que sustentará la aplicación de esta tecnología: las personas. Se ignoran las comunidades locales y cómo estas innovaciones, rápidas y disruptivas, impactarán en sus vidas y en su entorno. La sostenibilidad debe centrarse en el bienestar de las personas que se ven afectadas por estos avances.

Ahí es que radica la importancia de escuchar a los propietarios de cada rincón de una localidad y entender cómo desean que la tecnología que desarrollamos impacte en sus vidas, adaptándola a sus necesidades específicas. ¿Hemos escuchado a la localidad, interactuado con ella, involucrado a sus habitantes? En caso de no ser así, nunca podremos entender sus necesidades reales.

No podemos olvidar que una tecnología mal planificada, basada en la creencia de que estamos haciendo un favor, puede atraer a cientos de personas, superando la capacidad de carga y alterando la cultura local. Así, la no comprensión del entorno, puede destruir una localidad.

En este nuevo Día Mundial del Turismo, la invitación es a ser responsables con nuestra industria, de la que todos disfrutamos. Que este frenesí tecnológico, sea solo una invitación a usarla en beneficio de las personas, no solo de los viajeros, sino también de aquellos que cuidan y preservan celosamente la cultura de los destinos más visitados y de los más recónditos e indómitos de nuestro planeta. Todos somos actores directos o indirectos, por lo que todos dependemos de unos y otros, como un gran ecosistema.

Y sin ecosistema, no hay destino.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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