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São Paulo, la ciudad donde rugirán los motores y se disfrutará la emoción de la Fórmula Uno Viajes

São Paulo, la ciudad donde rugirán los motores y se disfrutará la emoción de la Fórmula Uno

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El Gran Premio de Brasil en Interlagos es la única carrera de Fórmula 1 que se corre en Latinoamérica y ese realiza en São Paulo, lugar para disfrutar de gastronomía, entretenimiento 24 horas, parques, museos, deportes y una escapada a las playas de ensueño en el litoral paulista.


Del 1 al 3 de noviembre, el Autódromo José Carlos Pace -más conocido como Interlagos, ubicado en el sur de la capital paulista- acogerá una de las carreras más esperadas del automovilismo mundial: el Gran Premio de Fórmula 1 de Brasil. La principal categoría del automovilismo mundial concita la atención de los amantes de la velocidad, y trae aparejadas emociones para los fanáticos de las escuderías.

Un aluvión de turistas llegará a São Paulo para ver al primer piloto trasandino que se sube a un F1 en 23 años, ya que este 2024 ha sido el año del renacimiento de la F1 para los sudamericanos con la inclusión del piloto argentino Franco Colapinto en Williams.

Y ya que la F1 convierte a la mayor ciudad sudamericana en un polo de atracción de turismo internacional revisamos lo más vibrante de esta urbe de 12 millones de habitantes, como el entretenimiento, la gastronomía, el arte y la cultura.

Un tip esencial para quien va a Interlagos desde la región central de São Paulo es llegar por el tren suburbano, llamado CPTM (Compañía Paulista de Trenes Metropolitanos), por la Línea Turquesa, que cuenta con conexiones con terminales de colectivos y de metro. La organización recomienda tomar el tren y bajar en la estación “Autódromo”, que estará debidamente señalizada. El boleto de CPTM cuesta 5 reales ($830 CLP). Se recomienda comprar el de regreso también a la ida para evitar filas.

Otra opción son los autobuses ejecutivos que la organización coloca en los principales hoteles de la ciudad.

Por primera vez el autódromo organizará una Fanzone en el vecino Kartódromo Ayrton Senna con entretenimiento, simuladores y pantallas gigantes para seguir la carrera escuchando los motores en vivo

Para disfrutar la ciudad

Vila Madalena y Pinheiros. Barrios bohemios por excelencia,  con sus calles coloridas, tiendas de diseño y la mayor oferta de bares por metro cuadrado de la ciudad, desde los que tienen temática deportiva como el clásico São Cristovão, el CoffeeLab y los bares con samba sobre la calle Aspilcueta, donde se come feijoada los miércoles y sábados ubicados. Otra buena opción en la ciudad es el beco de Batman (El callejón de Batman), que nació como un espacio para murales y graffitis en los años 80 y se transformó en uno de los paseos más recomendados, rodeados de bares donde el turista aprecia cervezas artesanales, ropas de diseños, artesanías y “rodas de samba”, los conjuntos del típico ritmo brasileño.

A 400 metros de Vila Madalena se encuentra el barrio de Pinheiros, uno de los principales lugares de moda gastronómica en Brasil, donde se ubican restaurantes étnicos y también comidas típicamente brasileñas como el clásico “Consulado da Bahía” con el colorido y los sabores de pescados y mariscos de la comida bahiana.

Itaim Bibi, Avenida Faria Lima y Jardim Europa. Avenida Faria Lima es la región donde se encuentra el gran centro financiero de Brasil y donde tienen sede latinoamericana las principales empresas tecnológicas y bancos. Posee un gran polo gastronómico y de bares donde se destacan Vaca Véia y el Bar do Juarez. Si de Pubs de trata, Santo Cupido es un imperdible.

En Itaim Bibi se encuentran dos de los shoppings más exclusivos de la ciudad, el Iguatemí y el impresionante Shopping JK, ubicado sobre la Avenida Juscelino Kubitschek, en una de las orillas del Río Pinheiros, con una buena vista a las colinas del barrio de Morumbí.

El Parque do Povo es uno de sus pulmones verdes, donde se pueden realizar caminatas y running, alquiler de bicicletas y utilización de canchas de fútbol en forma gratuita donde se puede confraternizar con los brasileños.

Los amantes de los tuercas, deben visitar la Avenida Europa -donde se encuentran el Museo de Escultura (MUBE) y el Museo de Imagen y Sonido (MIS)- en la cual se concentran las concesionarias de las principales marcas de automóviles de lujo como Ferrari, Aston Martin, Lamborghini, Porsche, Maserati, Rolls Royce, McLaren, entre otras.

Estas concesionarias tienen estructura para recibir a turistas y curiosos, sobre todo los fines de semana y algunas hasta liberan automóviles para un test-drive por el  Jardim Europa, el barrio de mansiones donde vive el ex piloto paulista Emerson Fittipaldi, bicampeón mundial de la F1 en 1972 y 1974.

Avenida Paulista. Por sí sola, la Avenida Paulista expresa gran parte de la esencia de la capital paulistana, tanto en la cultura como en la gastronomía y el comercio. En sus casi tres kilómetros de extensión se encuentran los célebres Museo de Arte de São Paulo (MASP), el Centro Cultural Fiesp – Ruth Cardoso, el Instituto Moreira Salles, el Itaú Cultural y la Casa das Rosas.

La oportunidad es perfecta para caminar sin prisas y disfrutar de los cafés, restaurantes y bares del lugar. Cerca de allí está las sofisticadas Rua Augusta y Oscar Freire. Durante los domingos la Paulista se transforma en una gran peatonal para todas las tribus urbanas.

Otra recomendación para los amantes de la F1 es visitar el mural gigante en homenaje al tricampeón mundial Ayrton Senna, fallecido en 1994, nacido en la ciudad y cuyos restos descansan en el Cementerio de Morumbí, que puede visitarse. El mural de Senna está ubicado en la esquina de la Avenida de Consolacão con Avenida Paulista.

Parque Ibirapuera. El gran parque de la capital paulistana es el alma de la ciudad.  Considerado uno de los principales parques urbanos del mundo, el parque tiene un lago, fauna autóctona, circuitos para caminar y correr, alquiler de bicicletas y carritos donde comprar agua de coco por tres dólares el medio litro ($2.800 CLP) o tomar una crema de açaí por seis dólares ($5.700 CLP).

Además posee una de las vistas más impactantes de la ciudad para tomar fotografías y es la sede de la prestigiosa Bienal de Arte de São Paulo. El parque fue intervenido por el arquitecto Oscar Niemeyer, que colocó su arte de curvas de concreto y vidrio en medio del predio para que los edificios puedan albergar a íconos de Brasil, como el  Museo de Arte Moderno de São Paulo (MAM-SP), Museo Afro Brasil, Fundación Bienal, el Auditorio Ibirapuera y el Museo de Arte Contemporáneo.

Ya sea con una nueva exposición, un concierto inédito, una presentación en el teatro o incluso un atardecer, Ibirapuera siempre tiene un lugar en la agenda de quienes visitan la ciudad.

Museo del Fútbol  y estadios. El Museo del Fútbol es una cita obligatoria como espacio para todo público, atractivo por su concepto interactivo y contemporáneo. Más que un homenaje, el Museo del Fútbol cuenta la historia de Brasil a través del deporte. La entrada cuesta 4,70 dólares ($4.700 CLP) con un 50% de descuento para niños y estudiantes.

Está ubicado en el barrio de Pacaembú, uno de los clásicos de la ciudad, a pocos minutos de la Avenida Paulista. El museo forma parte del mítico estadio municipal Paulo César de Carvalho, Pacaembú, una de las sedes del Mundial Brasil 1950.

Otras opciones para conocer aspectos del deporte y la cultura de Brasil son los estadios del São Paulo Futebol Clube (SPFC), en el barrio de Morumbí, llamado “Morumbis”; el de Palmeiras (Allianz Parque), en el barrio de Pompéia, y el Neoquímica Arena, de Corinthians, en el barrio de Itaquera. Senna era un fanático de Corinthians, cuyo estadio fue construido para el Mundial 2014; fue en ese estadio que Argentina jugó contra Suiza en octavos de final y en la semifinal ante Holanda.

Playas cercanas: Santos,  Iporanga, São Pedro, Itaguaré y Camburí

Gonzaga, Santos. La céntrica y mejor equipada playa del centro de Santos es una opción rápida para ir en automóvil, vehículo de aplicación o en ómnibus a partir de la estación terminal de autobuses de Jabaquara del Metro de São Paulo . El precio del pasaje es de 15 dólares ida y vuelta ($14.100 CLP). Santos está ubicada a 78 kilómetros de la capital y allí es posible visitar la antigua Bolsa de Café, convertida en museo, el ‘bondinho’ (un tranvía que recorre la parte antigua de la ciudad), el estadio de Santos y el Museo Pelé.

Tasca do Porto, un restaurante portugués con toques brasileños, es uno de los principales recomendados de esta ciudad que alberga al mayor puerto de América Latina. En el barrio Ponta da Praia hay paseos náuticos con alquiler de lanchas y un ferry que cruza hacia Guarujá, una isla a la que también se llega en automóvil desde São Paulo.

Iporanga, Guarujá. Es el secreto mejor guardado del circuito de Guarujá, Iporanga es increíblemente hermosa y limpia, se caracteriza por una cascada que desemboca en la arena, creando el ambiente perfecto para relajarse y disfrutar. Al estar ubicada dentro de un condominio, el ingreso de autos es limitado, por lo que hay que llegar temprano y garantizar un lugar frente al mar, que suele tener un oleaje agitado.

São Pedro, Guarujá. Ubicada dentro de una comunidad cerrada, la playa de São Pedro en Guarujá es increíblemente encantadora. También demanda llegar temprano, ya que hay un control con un número limitado de personas en el lugar, nada que la belleza de la playa y sus aguas cristalinas no puedan compensar. No es de extrañar que los surfistas elijan el lugar para disfrutar del mar embravecido sin preocupaciones. (111 km de Interlagos)

Itaguaré, Bertioga. Vecina de la exclusiva Riviera de São Lourenço, la Praia de Itaguaré es menos conocida, lo que la hace más preservada y discreta. Sus aguas cristalinas son ideales para quienes quieran surfear o simplemente admirar el paisaje. Además, un río desemboca en la arena formando increíbles piscinas naturales.

Para llegar, hay que ingresar en dirección a la Riviera de São Lourenço, caminar hasta el final de la playa y en la última calle tomar un sendero de cinco minutos hasta Itaguaré.

Camburí, São Sebastião. La playa de Camburí es una de las opciones favoritas de quienes visitan São Sebastião y está a solo 158 km de São Paulo, por un recorrido que combina autopista y una muy buena ruta. El mar de aguas cristalinas y buen oleaje, unido a la fuerte presencia de la vegetación de Mata Atlántica, crea un paisaje que deja sin aliento a los visitantes.

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