Puerto Natales, puerta de entrada al Parque Nacional Torres del Paine, combina naturaleza, cultura y muchos tipos de actividades. Destacan la Costanera, la Cueva del Milodón, el Parque Bernardo O’Higgins, en un entorno único de tranquilidad y aventura con fiordos, bosques, montañas y glaciares
Puerto Natales es la capital del turismo de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, puerta de entrada a fiordos, cordones montañosos y monumentos naturales . Y si bien es conocido por ser la puerta de entrada y estar a solo 1,5 horas del majestuoso Parque Nacional Torres del Paine, Puerto Natales brilla por sí mismo.
Si algo cautiva de la ciudad es su tranquilidad al recorrer sus calles e impresionantes paisajes a su alrededor que combinan con el ritmo relajado que tienen sus habitantes. La belleza natural de este destino es evidente, pero también tiene para ofrecer diversos lugares históricos y una deliciosa gastronomía patagónica que no puedes dejar de degustar durante tu visita.
La Costanera de Puerto Natales es un ícono indiscutible, con su monumento al viento y vistas únicas al Canal Señoret, y a los fiordos y las especies que viven cercanas, como cisnes y patos.
A lo largo de esta vía, se disfruta de vistas impresionantes del Seno de Última Esperanza y las montañas circundantes, que en invierno se cubren de nieve, creando un paisaje mágico. Es común ver cisnes de cuello negro, patos y otras aves en su hábitat natural. Un espectáculo natural imperdible para los amantes de la naturaleza.
La ciudad también ofrece actividades culturales y turísticas. El Museo Histórico Municipal de Puerto Natales, situado en el centro viejo, es una parada obligatoria para quienes buscan conectar con la historia de la región. Lugar que conserva la cultura de la zona de Última Esperanza de la provincia a través de una valiosa colección de objetos y material fotográfico.
El museo expone una interesante colección de 331 objetos vinculados a la vida de los pueblos Aónikenk (nómades de los pampas) y Kawésqar (navegantes del Pacífico) de los años veinte, distribuidos en siete salas temáticas. Además se puede conocer de la vida rural y urbana de la zona.
La Plaza de Armas Arturo Prat, rodeada de árboles y hoteles, alberga la parroquia María Auxiliadora del Carmen, un lugar perfecto para empezar tu recorrido.
Sin duda el lugar más conocido cerca de Puerto Natales es el Parque Nacional Torres del Paine, donde se puede hacer paseos, trekking a las torres mismas, paseos en catamarán en el Lago Grey, entre otras actividades. Pero hay muchos más lugares para deleitarse con la naturaleza de la Patagonia chilena.
Cueva del Milodón
El Monumento Natural Cueva del Milodón está a solo 25 km al norte de Puerto Natales y es la gruta más emblemática de la región. El nombre hace referencia a los restos fósiles del extinto Milodón de Darwin, un majestuoso antepasado de los perezosos terrestres que alcanzaba el doble del tamaño de un ser humano, y pesaba unos 200 kg.
Otro dato curioso es que las exploraciones que se han hecho en el lugar también han revelado la existencia de caballos enanos, tigres dientes de sable y el primitivo hombre patagónico, quienes habitaron la zona hace unos 12.000 años.
En la actualidad, en esta zona puedes encontrar zorros, cóndores, gatos monteses y más. Esta cueva tiene un valor arqueológico inestimable, ya que es un santuario natural de 189.000 hectáreas. De las tres cuevas principales, esta se destaca por su accesibilidad, permitiendo que personas con movilidad reducida puedan llegar hasta el mirador con la asistencia necesaria.
Algunas personas se animan a ir a la Cueva del Milodón en bicicleta y así aprovechar de una actividad de día completo. Además es una excelente alternativa para ir en familia, con niños pequeños.
Rupestre Patagonia
Rupestre Patagonia es un emprendimiento familiar en medio de un bosque nativo patagónico compuesto principalmente por especies del género Nothofagus, como el Ñirre (N. antarctica), la Lenga (N. dombeyii) y el Coihue de Magallanes (N. betuloides).
Esta biomasa está actualmente protegida con el objetivo de preservar el ecosistema local, incluyendo la flora, fauna, hongos, el microbosque y sus relaciones ecológicas con las briofitas, líquenes, helechos y, en general, toda la biodiversidad que habita en este lugar.
Durante un trekking de dificultad baja, se puede explorar el sendero hacia las impresionantes cuevas, donde hay fascinantes formaciones geológicas. Durante el camino se llega al mirador de la Laguna Sofía, un lugar privilegiado para observar aves y condoreras.
El sendero conduce al sector Los Aleros Dos Herraduras, inmerso en un centenario bosque de lenga, donde se puede apreciar la riqueza de la flora y escuchar historias de primera mano sobre la Estancia de la Patagonia Chilena.
Glaciares y Parque Nacional Bernardo O’Higgins
Navegar es una de las formas más hermosas que tienes para explorar los Campos de Hielo Sur, en una experiencia en el Fiordo Última Esperanza, donde el agua brilla con un denso tono verdoso.
El fiordo se encuentra en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, la mayor área de protección ambiental de Chile, prácticamente virgen en términos de vegetación nativa. A lo largo de la travesía, de aproximadamente tres horas, se ven hermosas cascadas y se puede admirar el Monte Balmaceda, que deja sin palabras.
El parque alberga el glaciar Pío XI, el más grande del hemisferio sur y único en no estar en retroceso. También se puede desembarcar en el Puerto Toro del parque, donde es posible caminar un kilómetro a través de bosques nativos hasta la base del Glaciar Serrano. En este lugar ya es posible que tomes excelentes fotos y maravillarte con la imponente estructura de hielo.
El parque destaca por las grandes superficies de hielo y también por la cultura y vestigios de la etnia kaweskar o alacalufe. También destaca por la protección de las especies de fauna como huemul, lobos marinos de uno y dos pelos. Entre las aves están el cormorán imperial, cóndor, águila y gaviota cahuil. En cuanto a flora dominan árboles siempre verdes, como el coigüe de Magallanes, ciprés de las Güaitecas y canelo.
Un paisaje que maravilla y una naturaleza que sorprende, como muchos otros lugares de Puerto Natales que vale la pena conocer.