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El Camino de los Jesuitas busca vender al mundo “otra cara de Sudamérica”
El Camino de los Jesuitas, una ruta que atraviesa cinco países y pone en valor el legado jesuita en Sudamérica.
Presentado como el “corredor turístico” de América del Sur, El Camino de los Jesuitas busca proyectar al mundo una imagen diferente del continente. Así lo destacó la presidenta de la Federación Sudamericana de Turismo (Fedesud), Marina Cantera, durante la pasada Feria Internacional de Turismo (Fitur).
La ruta, que atraviesa Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, pone en valor el legado de la Compañía de Jesús, cuya presencia durante más de dos siglos en la época colonial dejó una profunda huella en el sur del continente. Iglesias, misiones, música barroca y gastronomía son algunos de los atractivos que conforman esta propuesta, que además incluye 19 sitios reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La ruta turística promovida por Fedesud, con apoyo de los bancos de desarrollo BID y Fonplata, ofrece esos 19 sitios amparados por la Unesco entre los 55 que suma este recorrido por “donde todo empezó” en Sudamérica con la llegada de estos religiosos en el siglo XVI, dijo la presidenta.
El objetivo es “vender otra Sudamérica”, añadió, más allá de destinos más conocidos por el turista como la antigua ciudad inca de Machu Picchu en Perú o la Patagonia entre Argentina y Chile. Para ello, ofrece experiencias diferentes en un único viaje, desde naturaleza y tradiciones culturales a gastronomía, en el marco de un programa más global: Sudamérica Conecta, que incluye once rutas por nueve países, ya que integra también a Chile, Perú, Ecuador y Venezuela.
El programa pretende posicionar a Sudamérica como un destino común, más competitivo, con ejes temáticos como Sudamérica Sabores, Urbana, Naturaleza y Orígenes y estancias de doce a veinte días en viñedos y bodegas, restaurantes ‘gourmet’, visitas entre mercados bohemios o modernos rascacielos, volcanes y selvas como la Amazonía y lugares patrimonio.
Dentro de este marco, el legado jesuita es uno de los ejes centrales. En países como Bolivia y Paraguay, aún se conservan no solo los templos construidos por la orden, sino también la música barroca que enseñaron a las comunidades indígenas. “Es una forma de perpetuar ese legado”, señaló Ángel Bogado, del Ministerio de Turismo de Paraguay.
La presencia jesuita duró hasta mediados del siglo XVIII, cuando fueron expulsados por la Corona española al igual que otras monarquías europeas en sus respectivos países y colonias.