Publicidad
Guardaparques y monitoras ambientales: mujeres que abren camino en el mundo del turismo Outdoor

Guardaparques y monitoras ambientales: mujeres que abren camino en el mundo del turismo

Publicidad

Durante el 2024, más de 61.600 visitas realizadas a alguno de los diez recintos administrados por Parque Cordillera fueron realizadas por mujeres, es decir, el 48% del total de visitantes fueron mujeres.


La Asociación Parque Cordillera -compuesta por siete municipalidades de la Región Metropolitana- se propuso avanzar en materia de diversidad y equidad de género, invitando a que más mujeres visiten los parques, pero también fomentando a que más mujeres asuman los roles de guardaparques y monitoras ambientales.

Esto llevó también a contratar a tres mujeres guardaparques de manera simultánea, y más de treinta monitoras ambientales, es decir más mujeres que hombres en el cargo, marcando dos importantes hitos para la institución y también para la industria del turismo aventura en Chile, la cual históricamente ha sido liderada por el género masculino.

“Queremos seguir incentivando a que más mujeres suban a la Cordillera y disfruten de los atributos que nos entrega la naturaleza, que tan beneficiosos son para nuestra salud tanto física como mental”, comenta José Pedro Guilisasti, secretario ejecutivo de Parque Cordillera.

En los parques todas y todos se pueden sentir seguros, ya que las rutas y senderos están delimitados, se registra el acceso y salida de los visitantes, hay señalética, guardaparques en ruta, entre otras medidas. 

La llegada de la primera mujer guardaparques de Parque Cordillera

En el año 2020, Alma Moreno Fett, quien actualmente es la coordinadora del área de educación ambiental de Parque Cordillera, fue la primera mujer en asumir el rol de guardaparques en esta institución, cargo que realizó en el Parque Aguas de Ramón. ubicado en La Reina, y ocasionalmente también en otros parques vecinos.

“Fue fortuito, no lo busqué. La pandemia provocó cambios en nuestros trabajos, yo era secretaria y me ofrecieron esta gran oportunidad, la cual asumí con mucho cariño, porque me permitió ser quien recibía a los visitantes en el parque y además demostrarme que, a mis 50 años -edad que tenía cuando tomé el cargo-, podía trekkear y enseñar a cuidar nuestros espacios naturales”, comenta.

Alma además asegura sentirse “orgullosa y feliz de haber sembrado una huella para que la mujer pueda  tomar estos espacios y desarrollarlos de la mejor manera, con ese sello que nos caracteriza, de buenas comunicadores, y con disposición a escuchar y ayudar”.

“Es un trabajo respetuoso, con integración de ambos géneros, con un propósito definido y siempre en pro de cuidar nuestros parques, incluyendo su flora y fauna, y dando espacios para desarrollarse, con buen ambiente laboral, con capacitaciones constantes y con equidad, demuestra un compromiso real de ser un muy buen lugar para trabajar”, agrega.

La nueva generación de mujeres guardaparques

Tras tres años como guardaparque, el 2024 Alma dejó el cargo para asumir como coordinadora del área de educación ambiental, y dio paso a una nueva generación de tres mujeres guardaparques a quienes tuvo la oportunidad de capacitar en el marco de sus prácticas profesionales.

En ese momento el total de guardaparques llegaba a 9, es decir 1 de cada 3 eran mujeres. En marzo pasado, una de ellas se retiró en búsqueda de nuevas oportunidades, quedando como guardaparques titulares Valentina Guzmán Cortés y Alicia Pérez Marcos, ambas de 30 y 35 años respectivamente.

Valentina y Alicia comparten su gran interés y pasión por el medio ambiente y por los parques -a quienes incluso se les puede ver con folletos de flora y fauna entre sus pertenencias-, como también su sensibilidad hacia y con las personas con quienes interactúan a diario, ya que el cargo de guardaparques implica, entre varias otras funciones, registrar a cada uno de los visitantes, orientarlos respecto a las rutas que puedan realizar, por ejemplo considerando la hora a la cual iniciarán su recorrido, ya que los parques tienen horario de funcionamiento, que por lo general fluctúa entre 8:00 a 19:00 horas.

El objetivo es que el ingreso a los parques sea seguro y ordenado, cumpliendo todas las normativas vigentes, las cuales principalmente apelan a respetar la naturaleza, incluyendo el no generar desechos, no usar parlantes, no hacer asados, no llevar drones, entre otras restricciones.

Valentina Guzmán es técnica en ecoturismo, carrera que estudió por su interés en la naturaleza, en el turismo y también por el área social. “El que me llevaran a subir montañas en el colegio me motivó a estudiar esto. Siempre me hacían subir cerros y parques. También siempre quise enfocarme en el área social. Un día caminando vi un letrero para estudiar ecoturismo y me matriculé”, sostiene.

En una oportunidad, detalla que realizó un guiado a un curso con niños de 9 años: “Mientras subíamos el parque, nos dimos cuenta que uno de ellos comenzó a sentir miedo a las alturas. Él no tenía idea, ni tampoco sus padres ni profesores. En momentos así, hay que escucharlos, darles contención. Lo que hicimos fue preguntarle al grupo quiénes eran sus amigos más cercanos, para que lo acompañaran, mientras fuimos atento a él para que se sintiera cómodo en todo momento”.

Con su tono dulce y amigable, a Valentina también le gusta ser clara con los visitantes para que cumplan la normativa: “En mi primer mes, me pusieron siete reclamos, uno de ellos fue por ser firme y decirle a unas personas adultas que estaban entrando tarde a una ruta larga, que no iban alcanzar a hacerla a tiempo”, expresa.

“A las mujeres se nos critica si somos firmes y claras, incluso cuando estamos haciendo nuestro trabajo, mientras que a los hombres se les acepta más cuando son claros al decir el mismo tipo de información”, añade.

Su compañera Alicia Pérez Marcos estudió técnico veterinaria, es egresada de ingeniería en medio ambiente y comparte lo planteado por Valentina. “Algunas personas llegan al cerro peleando y te dejan reclamos, pero una en el rol de guardaparques debe hacerles entender que es por su seguridad”, comenta.

A Alicia, recientemente le diagnosticaron TDAH y TEA, y como parte de su experiencia de vida detalla: “Me siento mal cuando me enfrento a personas que llegan peleando e incluso gritando al cerro, pero no hay que tener miedo a ser vulnerables, soy sensible, me siento mal si me gritan y no está mal decirlo si te afecta”.

Frente a esta realidad, hace un llamado a aprender a vincularnos desde la gentileza y con inteligencia emocional, resaltando el aporte que ella y sus compañeras guardaparques y monitoras entregan a un rubro donde antes no estaban tan presentes.

Más mujeres que hombres como monitoras ambientales

Parque Cordillera cuenta con un grupo de 27 mujeres monitoras ambientales -de un total de 42-, quienes están a cargo de realizar las visitas guiadas en los parques a estudiantes y adultos. Adicionalmente, durante los fines de semana, un grupo de ocho a diez mujeres asumen como apoyo de guardaparques, lo que implica velar por el cuidado de los parques, por el ingreso de los asistentes, entre otras funciones. 

Una de las monitoras es Leandra Molina Contreras, quien estudió arquitectura y ecoturismo. “Cada vez que subo el cerro lo hago con el útero, con esa energía femenina que todos tenemos, mujeres y hombres, y también con empatía hacia los otros. Lo bueno de los cerros es que se da un clima de compañerismo, donde si a alguien más se le olvidaron sus colaciones, tú compartes la tuya, porque es importante que estemos bien todos, sobre todo si voy haciendo un guiado porque ahí yo te voy cuidando”, asegura. 

Actualmente, Lea -como le dicen sus cercanos- está esperando a su primer hijo y planea seguir haciendo visitas guiadas hasta que su embarazo se lo permita. “Como hija de madre y padre artista, soy inquieta, pero también disfruto mucho de la calma que me entrega la naturaleza. No me da susto, no es algo que me vaya a hacer daño, incluso siento que debemos defenderla, porque hoy existe mucha desconexión incluso de los procesos básicos de la naturaleza”, expresa.

También detalla que le gustan los niños con quienes “es clave lograr que ellos aprendan lo que uno quiere mostrarles, tal como el funcionamiento del proceso ecosistémico, para lo cual uno busca hacerles atractivo el tema, casi como un juego”.

Así como Leandra, existen decenas de otras monitoras ambientales, de quienes su edad fluctúa entre los 23 y 49 años. Lucía Romero Rodríguez es la mayor del grupo y tiene mucho que contar a días de cumplir sus 50 años de edad. Actualmente tiene un cargo de jefatura en un organismo de las Fuerzas Armadas, por lo que ha aprendido a hacerse respetar en ambientes masculinizados, pero a la vez su feminidad y su maternidad son algo que la caracteriza bastante.

Durante sus fines de semana y días libres, se dedica a la función de apoyo de guardaparques en el Parque San Carlos de Apoquindo, en Las Condes, donde asegura que “ha hecho grandes lazos con todos en el Club. Creo firmemente que así es cómo hay que trabajar”. A este cargo, postuló “de patuda” sin estudios vinculados a turismo ni a medioambiente: “Yo fui nadadora de alto rendimiento y creo que todos somos capaces de todo. Aquí los límites los pones tú”, dice.

Respecto a su día a día, expresa: “Yo tengo ojos por todas partes. Hay veces que me encuentro con hombres jóvenes, que son los que más subestiman el riesgo y los cuido, porque si a alguien le pasa algo es mi responsabilidad. Yo les digo “me interesa que ustedes bajen vivos”, expresa Lucía, quien también ha vivido situaciones complicadas dentro del parque donde asegura que lo más importante ha sido reaccionar con eficiencia, con agilidad, pero también con empatía e inteligencia emocional y de manera colaborativa con todos quienes trabajan en el parque, independiente cuál sea su función. 

En total el grupo de monitoras están compuesto por: Alejandra Martínez Contreras, Amanda Noelle Schuck, Araceli Berrios Arriaza, Camila Castillo Báez, Camila Godoy Zamora, Constanza Campodónico Riveros, Deborah Santibáñez Palma, Francisca Salvo Benavides, Javiera Torres Jorquera, Javiera Medel Agurto, Javiera Acevedo Acuña, Jocelyn Mendoza Araya, Juana Tapia Velastin, Karina Peralta Martínez, Laura González Pozo, Leandra Molina Contreras, Lorena Berenguer Monreal, Lucía Romero Rodríguez, Nicole Palma, Patricia Concha Saavedra, Paula Chocano González, Renata Gottschald Sotomayor, Rocío Gómez Riquelme, Sofía Merino Sepúlveda, Tamara González Vega, Valentina Velásquez, y Valentina Fuentealba Hasbún.

Publicidad

Tendencias