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En el improbable caso de que el Rey Carlos III renuncie al trono o ya no pueda continuar con sus responsabilidades reales, la corona británica pasaría automáticamente a su hijo mayor, el Príncipe William.
En febrero pasado, el Rey Carlos III hizo público su diagnóstico de cáncer después de someterse a una cirugía de próstata de emergencia.
A pesar del tratamiento que sigue mientras cumple con sus deberes reales, una reciente declaración de una experta en la realeza británica sugiere que los médicos han aconsejado al monarca reducir sus compromisos debido a preocupaciones sobre su estado de salud actual.
Concha Calleja, experta en la Casa Real, reveló en el programa español “Fiesta” que las últimas pruebas médicas del Rey han mostrado que el tratamiento está en curso, pero el cáncer no ha desaparecido.
Calleja también indicó que esta noticia es “una de las peores noticias que se podía esperar”, y añadió que el tratamiento médico del monarca deberá prolongarse más tiempo del previsto inicialmente.
“Aunque está todo muy programado porque los viajes los hace en helicóptero. Cuando llega se desploma en un sofá porque se queda sin fuerzas”; añadió la experta.
Por esta razón, los médicos le han aconsejado “reducir su actividad” dentro de su apretada agenda.
“Pese a su preocupante estado de salud, me aseguran que Carlos III le dice a sus más allegados que el tiempo que le quede se lo dará a la Corona, una Corona de la que por el momento se está encargando por completo la Reina Camila”.
En el improbable caso de que el Rey Carlos III renuncie al trono o ya no pueda continuar con sus responsabilidades reales, la corona británica pasaría automáticamente a su hijo mayor, el Príncipe William.
Aunque la abdicación del monarca británico no parece ser una opción considerada, no se descarta completamente.
Además, varios medios británicos afirman que el Rey está decidido a cumplir con sus deberes hasta el final, siguiendo el ejemplo de su madre.
