Chile presenta una tasa de fecundidad de 1,17 hijos por mujer, muy por debajo de la media mundial de 2,3. Este descenso se atribuye a transformaciones sociales y culturales, como el aumento de la educación, la inestabilidad económica y la participación laboral femenina.
Los cálculos de los expertos estiman que actualmente la tasa de fecundidad mundial es de 2,3 nacimientos, y que podría descender a 2,1 hacia mediados de nuestro siglo. El caso de Chile está muy por debajo de esas cifras: 1,17 hijos por mujer según el Fondo de Población de las Naciones Unidas. ¿A qué se debe esto?
“Yo creo que un factor diferenciador de Chile tiene que ver con un cambio, una transformación social y cultural muy profunda y muy rápida que se ha dado sobre todo en los últimos 20 años en particular”, analiza Marinella Mazzei, Subdirectora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile.
“Los niveles educativos femeninos y la incorporación femenina al mundo laboral también se han profundizado en los últimos años, y eso ha generado una modificación importante en las trayectoria en un contexto mucho más individualista, por decirlo de alguna forma”, subraya.
Este cambio cultural liderado por las mujeres también está modificando la idea que los chilenos tiene sobre qué es una familia.“A diferencia de un pasado, el ser mujer hoy no necesariamente está unido al ser madre, y tampoco el ser familia, tampoco necesariamente estar unido a ser una familia con hijos, y eso es un cambio cultural profundo que se está dando en todas partes del mundo. Pero en Chile había una mirada un poco más conservadora y eso ha cambiado muy rápidamente para las nuevas generaciones”, estima Mazzei.
A estas explicaciones se le suma el factor económico, concretamente el inestable panorama laboral del siglo XXI que contrasta con los años gloriosos del pasado.
“De percibir que posiblemente no tengo un salario tan alto, de que posiblemente mi situación laboral no es tan estable… Las trayectorias laborales son mucho más inestables hoy que la que vivieron, por ejemplo, nuestros padres en algún sentido, y eso afecta la decisión de tener hijos en Chile y en otras partes del mundo. Fíjate que son los mismos comentarios que uno escucha en Chile respecto de lo que se escucha en jóvenes asiáticos, en jóvenes de países europeos como Francia, por ejemplo”, subraya.
Marinella Mazzei también resaltó que la edad se impone como el reloj biológico que marca la mejor hora para tener hijos, especialmente para las mujeres.