¿Eres fumador empedernido o social? ¿Sabes que, aunque sea “uno nomás”, cada cigarrillo suma en la cuenta de años que pierdes de vida? Fumar tabaco es la principal causa de muerte prevenible a nivel mundial –responsable de más de 175 millones de muertes y casi 430 mil millones de años perdidos por muerte prematura (ApMP) desde 1990 a 2021–.
- Por eso y por años se han buscado soluciones y gastado millones en campañas en contra y en prevención del tabaquismo.
- Una de estas estrategias es la llamada “generación libre de tabaco”, que pretende eliminar o reducir sustancialmente el tabaquismo entre las generaciones más jóvenes.
- Un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet estimó el impacto de eliminar el tabaco, prohibiendo la venta a las personas nacidas entre 2006 y 2010 en 185 países.
- El resultado fue que 1.186.500 muertes por cáncer de pulmón de las 2.951.400 esperadas (un 40,2%) podrían prevenirse a nivel global si se eliminase el tabaco en esas generaciones. El impacto varió por sexo, país, región mundial y grupo socioeconómico dentro de una nación.
- En el sur y norte de África y Asia Occidental hubo importantes diferencias por género. Porque en estas regiones existe una disparidad mayor en cuanto a la prevalencia del tabaquismo entre hombres y mujeres.
- En cambio, en Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, el norte y el oeste de Europa, se estimó que se prevendría un mayor número de muertes por cáncer de pulmón en mujeres que en hombres.
Por otra parte, aunque el estudio mostró que los países de renta alta tendrían una proporción mayor de muertes por cáncer prevenidas, en términos de números absolutos, la mayor contribución provino de países de renta media y baja.
- La introducción de una generación libre de tabaco tardaría años en tener un efecto sobre el tabaquismo a nivel poblacional y, consecuentemente, en la mortalidad asociada.
- Además, es una medida basada en prevenir el inicio del tabaquismo, por lo que no afectaría a los ya fumadores.
- Por este motivo, esta medida debería proponerse como parte de un paquete más amplio de políticas, como el aumento de los impuestos al tabaco, espacios libres de humo y ayudas para la adicción, que sigue siendo un objetivo central.
Hay que tener en cuenta que esta estrategia se materializaría dentro de cinco o seis décadas, cuando se prevé que las tasas de cáncer de pulmón hayan aumentado en relación con otros factores, como el consumo de productos de nicotina o el uso de dispositivos de no combustión (como vapeadores o cigarrillos electrónicos).
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