Entrevistada en El Mostrador en La Clave, la periodista destacó que en el caso de Karadima hay más víctimas “que nunca se quisieron dar a conocer”. Además, sostuvo que existen muchas personas que fueron vulneradas por otros sacerdotes y que la iglesia “no se ha hecho cargo” y ha actuado de manera “muy lenta” en materias de justicia. “La Iglesia católica chilena tiene harta plata”, como para indemnizar a víctimas de abusos y no lo hace, acusó.
La muerte del otrora influyente párroco de la Parroquia de Providencia, Fernando Karadima, volvió a instalar el tema de la responsabilidad de la Iglesia católica chilena ante los casos de abusos perpetrados por el exsacerdote, quien murió sin recibir condena alguna, sólo porque sus delitos estaban prescritos.
Entrevistada en El Mostrador en La Clave, la Premio Nacional de Periodismo y autora de “Karadima, el señor de los infiernos”, María Olivia Monckeberg, destacó que a Karadima “se le aplicó la prescripción, entonces no hubo una sanción penal”. Se fue “impune, como Pinochet”, relexionó.
De acuerdo a la periodista, además, en el caso de Karadima hay más víctimas “que nunca se quisieron dar a conocer”, porque es “tan fuerte el abuso sexual y el abuso de conciencia que el sentido del dolor, de humillación, yo creo que impide muchas veces el pasar del reconocimiento de que fue un abuso y todo ese dolor que acarrea, a darlo a conocer”.
Estas víctimas ocultas no sólo corresponden a abusos del expárroco de El Bosque, “y se sabe tanto de este personaje (Karadima), como de otros”, recalcó.
La periodista subrayó que no sólo el caso de Karadima es preocupante, sino que también hay muchos otros sacerdotes que abusaron de víctimas y que la Iglesia católica no ha “reaccionado” ni se ha preocupado por ellas.
A su juicio, “hay una deuda” de la Iglesia católica chilena con estas personas, que muchas veces no tienen los recursos como para “demandar a la iglesia por abusos sexuales cometidos por sacerdotes”.
En este sentido, la periodista se refirió además a la investigación que realizó Charles Scicluna, el arzobispo de Malta que envió el Vaticano a Chile para investigar sobre abusos sexuales. Explicó que en el documento entregado por la autoridad, hay “muchos casos fundamentados”, respecto a los cuales no “ha habido una reacción y una acción de preocuparse” por parte de la iglesia.
“Hay víctimas de las cuales ni siquiera se ha hecho cargo el Vaticano”, destacó la autora, quien añadió que dentro de la institución “no hay una concepción de hacerse cargo” de las personas vulneradas. Esto, a pesar de que “la Iglesia católica chilena tiene harta plata”, como para indemnizar a víctimas de abusos y no lo hace.
“Es una cadena lo que tienen que pagar (las víctimas) en psiquiatras y psicólogos que es lo que deberían tener para poder tratar de revivir de forma adecuada. Son personas que han quedado heridas, entonces tienen que arrastrar con problemas, sobre todo cuando no tienen los medios. Hay muchas esas personas que tienen pocos recursos económicos”, explicó Monckeberg, añadiendo que “hay personas que se sienten humilladas y afectadas” porque no se ha hecho nada.
A esto se suma que “son muchos los documentos que muestran esta actitud de la Iglesia católica de encubrir. Eso es súper complicado, porque es un no hacerse cargo”, subrayó.
También añadió que la justicia ha actuado de manera “muy lenta” en casos de abusos en la iglesia, investigaciones en las que “el tiempo se detuvo”. “Dejaron de estar en las primeras planas, dejaron de estar en la mesa de conversación en el fondo. Me parece súper grave. Hay situaciones presentes de grupos religiosos donde hay prácticas de abuso de conciencia, y creo que las comisiones o los departamentos que ha establecido el Episcopado son cuestiones muy limitadas frente a una realidad que es mucho más profunda y que requeriría poner muchísimo más ojo y muchísima más energía”, finalizó.