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Piden a Alemania que actúe contra Hopp y otros prófugos de Colonia Dignidad que viven en ese país Investigación

Piden a Alemania que actúe contra Hopp y otros prófugos de Colonia Dignidad que viven en ese país

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Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador.
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Asociación Colonia Dignidad y exprisionero político afirman que Hopp no solo fue encubridor de los múltiples abusos sexuales cometidos por Paul Schäfer contra niños, sino que además fue agente de la DINA. Asimismo, existen antecedentes sobre su participación en la detención de campesinos de la zona.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Margarita Romero, presidenta de la Asociación de Derechos Humanos Colonia Dignidad, exigió a Alemania procesar a los prófugos de la secta que residen en ese país, como Hartmutt Hopp y Reinhard Döring. Hopp, condenado en Chile por encubrir abusos, también habría sido agente de la DINA. En medio de la visita del presidente alemán Steinmeier a Chile, se cuestiona la impunidad de estos excolonos y el rol de Alemania en los crímenes de la dictadura. Se revelan además antecedentes sobre la participación de Hopp en torturas y el financiamiento de la colonia.
Desarrollado por El Mostrador

Justo cuando hoy comienza una visita oficial a Chile de parte del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, la presidenta de la Asociación de Derechos Humanos Colonia Dignidad, Margarita Romero, emplazó al Estado germano a actuar judicialmente en contra de los prófugos del enclave que residen en este país y que, hasta el momento, gozan de total impunidad.

El más conocido de ellos es el otrora “canciller” de la colonia, el médico Hartmut Hopp, que fue condenado en calidad de encubridor de abuso sexual de niños por parte de la Justicia chilena, y que actualmente reside en la sede “espiritual” de la secta, en la ciudad de Krefeld. Hoy en día, según nuevos antecedentes, se sabe –dice Romero, lo que es refrendado por el exprisionero de la colonia, Erick Zott– que el médico no solo tomó parte de dichos delitos comunes, sino que además fue agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), como integrante de una de sus brigadas menos conocidas: la Brigada de Inteligencia Ciudadana o BIC.

Otro de los sujetos que goza de total libertad en Alemania, y que incluso fue detenido en Italia, siendo devuelto al primer país, es Reinhard Döring, quien está sindicado como uno de los operadores de la máquina retroexcavadora con la cual se hizo una zanja de grandes dimensiones en el sector de Chenco (dentro del fundo de Parral), a fin de sepultar allí los restos carbonizados de unos 30 detenidos desaparecidos que inicialmente estaban en otra fosa y que en 1978, en medio de la operación “Retiro de televisores”, fueron extraídos de ella y quemados en parrillas, a fin de reducir las partes blancas.

Luego de ello, una aplanadora pasó sobre los restos óseos, algunos de los cuales fueron sepultados en ese sector, donde aún se los busca, y otros lanzados al río Perquilauquén.

La visita

De hecho, en medio de todas las actividades que sostendrá Steinmeier, está considerada también una visita con personas que aún residen dentro de Colonia Dignidad, justo después de que ayer se conocieran los lugares exactos que el Gobierno pretende expropiar. En ese contexto, Romero critica las acciones de reparación emprendidas por el Estado alemán hacia las víctimas y señala que “el presidente Steinmeier debiera, en alguna medida, comprometerse a trabajar para que la Justicia alemana pueda procesar o de alguna manera pueda hacer que quienes cometieron crímenes de lesa humanidad acá en Chile puedan ser juzgados y condenados por ello”, indicando que, por ejemplo, existen antecedentes relativos no solo a la bien conocida colaboración de inteligencia entre el enclave y la DINA, sino al hecho de que hubo colonos, como Hopp, que fueron agentes de la policía secreta de Pinochet.

A ese respecto, señala que “sabemos que Alemania no extradita a sus conciudadanos y que, por lo tanto, ellos han vivido la más completa impunidad desde que escaparon de Chile. Hartmut Hopp es alguien que tuvo una condena en Chile de 5 años y un día por participar en los crímenes de abuso a niños, sin embargo, logró escapar y la Justicia alemana no acogió la solicitud de Chile, en el sentido en que cumpliera esta pena en Alemania”.

Y agrega: “Tanto Hopp como Reinhard Döring son personas que deberían ser juzgadas y condenadas por sus crímenes, ya sea en Alemania o en Chile, pues además poseen una cantidad importante de información que nos permitiría avanzar en verdad y justicia sobre las personas que hoy día están desaparecidas en Chile y que sabemos desaparecen desde la Colonia Dignidad”.

En ese sentido, asevera que hay una gran deuda de Alemania hacia las víctimas chilenas,  porque estas “tienen derecho a la verdad, tienen derecho a la justicia y el Estado alemán siempre tuvo conocimiento de lo que estaba sucediendo en Chile en ese momento”.

Además, Margarita Romero dice estar convencida de que Alemania posee más información sobre el verdadero rol de la secta en la dictadura, así como de su nivel de contactos con Augusto Pinochet, la DINA y distintos servicios de inteligencia extranjeros, incluyendo al BND alemán.

La historia de Javier/Struppi

Por su parte, Erick Zott, quien –como informó El Mostrador– recientemente identificó el cuartel de la DINA dentro del enclave alemán, explicó que hay varios antecedentes relativos a la participación de Hopp en la policía secreta que dirigía Manuel Contreras y que serán puestos a disposición de la Justicia, indicando que uno de ellos es lo que vivió la exmilitante socialista Luz Arce, autora del libro El Infierno, quien fue doblegada por la tortura y se convirtió en agente de la DINA.

Tras el regreso de la democracia, igual como sucedió con otras personas que vivieron lo mismo que ella, decidió cooperar con la Justicia y los antecedentes que ha entregado en los últimos 35 años han sido claves en los procesamientos y condenas de decenas de exagentes.

Según explica Zott, ella estuvo detenida en el cuartel de la DINA ubicado en Londres 38 (pleno centro de Santiago), y desde allí “la llevan a un inmueble que todavía no está 100% identificado, confirmado más bien, aunque teóricamente corresponde a dependencias del diario Clarín. Allí fue torturada, interrogada por un tipo que se identifica como ‘Javier’, el cual le permitió, en dos o tres oportunidades, sacarse la venda o subirse la venda, y lo vio físicamente”, relata, recordando que el tal “Javier” era muy joven. 

Antes, ella lo había visto en Londres 38, en un par de ocasiones. Muchos años más tarde lo reconoció cuando Hopp comenzó a aparecer en televisión, como consecuencias de su rol como “rostro” de la Colonia, al comenzar los allanamientos masivos en contra del enclave, en 1996.

Asimismo, existen otros datos en el mismo sentido, que de momento Zott prefiere reservarse, pero explica que, por lo que se ha investigado hasta el momento, no se trata del único colono que a la vez cumplió funciones de agente en el interior de la DINA y que, por ende, están implicados en delitos de lesa humanidad.

Por cierto, existe un testimonio prestado ante la Justicia por el hipnotizador de la DINA, Osvaldo Pincetti, más conocido como “El Doctor Tormento”, quien relató que “el señor Paul Schäfer estuvo presente en las interrogaciones, también el doctor Hopp y Gerhard Mücke”, en relación con las tomas de declaraciones –tortura mediante– que se efectuaban en Colonia Dignidad y en las cuales él decía que hipnotizaba a sus víctimas.

Cabe recordar que Hopp fue seleccionado por Schäfer para ser enviado a estudiar medicina a la Universidad de California en Davis (Estados Unidos), junto a otros dos jóvenes que estaban dentro de la Colonia, Hussain Siam (secuestrado por Schäfer a inicios de los años 60 en Jerusalén) y Günther Reuss, los que aprovecharon para escapar de la secta. Hopp, sin embargo, fue convencido de quedarse en el enclave y lo cambiaron a la Universidad Católica de Santiago. Además de convertirse (una vez titulado) en el director del hospital de Villa Baviera, también pasó a formar parte de la estructura económica del grupo. 

En un testimonio judicial, Wilhelm Wagner recordó que en cierta ocasión, en Santiago, Hopp andaba para todos lados con un viejo maletín de cuero, en el cual le confesó que había 750 mil dólares. Con parte de ese dinero compró a mediados de los años 80, en Estados Unidos, el sistema de sensores, de micrófonos escondidos y de cámaras de seguridad que se utilizaba en una central escondida llamada “Flipps”, desde la cual se monitoreaba todo lo que ocurría en Colonia Dignidad.

Asimismo, fue el encargado de comprar un pasaporte “legal” para Schäfer en los años 90 en la isla Saint Kitts, donde también adquirió un departamento que costó 250 mil dólares de la época. En declaraciones ante la Justicia, el médico reconoció que además de tener depósitos en bancos de paraísos fiscales del Caribe y de Canadá, en enclave además tenía fondos en Argentina, una cuenta en el Chemical Bank de Nueva York y dos cuentas en bancos alemanes, el Kreissparkasse y el Dresdner Bank, fondos cuyo destino final nunca ha sido esclarecido.

Además, existen testimonios que indican que Hopp formaba parte del grupo de choque de la Colonia que después del golpe de Estado operó junto a Carabineros, deteniendo a campesinos sospechosos de ser de izquierda. 

Al final de sus días en Chile, Hartmut Hopp abjuró de Schäfer y sus doctrinas. En una de sus últimas declaraciones, Struppi (como se le conocía al interior de la secta) confesó saber que los agresivos tratamientos psiquiátricos que se aplicaban a los rebeldes en la secta –que implicaban golpizas, medicación que los mantenía en un sopor constante y electroshocks– eran “una forma de quebrar la voluntad de las personas que se le oponían (a Schäfer). El uso de estas intervenciones por el señor Schäfer no obedecía a tratamientos médicos, sino que él pensaba que las personas tenían una posesión demoníaca”.

Sin embargo, Hopp siguió adhiriendo a la doctrina de la lluvia tardía, la idea apocalíptica creada por el pastor estadounidense William Branham que seguían Schäfer y quien llegó a ser su máximo exponente a nivel mundial, el alemán Ewald Frank. La última vez que Schäfer fue visto al interior del predio de Parral (en 2011, antes de huir a Alemania) fue en medio de una prédica de uno de los adláteres de este, Urs Graff. Luego de ello, Hopp se estableció en Krefeld, la sede de la Misión Social Privada, la iglesia que dirigió hasta su fallecimiento Ewald Frank.

 

 

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