
Investigan a embajador chileno por contrabando de pieles de animales salvajes
Aduanas detectó contenedor en San Antonio que tenía 16 pieles pertenecientes a especies protegidas, por lo cual se querelló contra el diplomático Camilo Sanhueza, quien actualmente dirige la División Antártica de la Cancillería, que tiene entre sus misiones la preservación de la vida marina.
El embajador de carrera Camilo Sanhueza Bezanilla, quien se desempeñó desde 2020 hasta fines de 2024 como el representante de la legación chilena en Hungría, es quien está siendo sindicado por Aduanas como el responsable del contrabando de 16 pieles de animales salvajes a Chile, lo que fue detectado en San Antonio el 28 de enero pasado, como informó el newsletter Juego Limpio de El Mostrador.
Ante ello, la Dirección Regional de Aduanas de San Antonio interpuso una querella ante el Juzgado de Garantía de dicho puerto, en la cual se acusa al diplomático del delito de contrabando, en el marco de la ley que aplica en Chile la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES, por sus siglas en inglés), la misma en función de la cual –como informó El Mostrador– fue condenado un ciudadano italiano que sustraía ejemplares de cactus desde el desierto de Atacama, para posteriormente venderlos en Europa y Asia a valores que llegaban a los mil dólares la unidad.
En el caso de Sanhueza Bezanilla, la querella indica que en el contenedor en que el diplomático envió todos sus enseres desde Budapest hasta Hamburgo y luego a San Antonio, luego de finalizar su misión en Hungría, había un abrigo de piel, seis gorros de piel de zorro, cuatro cantimploras recubiertas de piel, una piel de león, una de lince, una de cebra, una de onyx gacela y otra de zorro.
Incluyendo las pieles pertenecientes a especies protegidas por la CITES, se trataba de un total de 267 bultos con menaje de casa y enseres personales, por un valor total de 17.150 dólares y un peso superior a las siete toneladas.
Debido a que todas las pieles pertenecen a especies amenazadas, Aduanas las requisó, tasándolas en 9.2 millones de pesos.
Según consigna el sitio web de la Academia Diplomática, Sanhueza Bezanilla fue jefe de la División de Asuntos Antárticos de la Cancillería entre 2011 y 2013, y luego entre 2018 y 2020, cuando fue enviado a Budapest.
A su regreso a Chile, en noviembre del año pasado, fue nuevamente destinado a la División de Asuntos Antárticos.
Dicha división se divide en tres grandes áreas, una de las cuales es la Comisión de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
De hecho, en un texto firmado por él, señala, respecto de la Ley Antártica promulgada en 2020, que “uno de los mayores desarrollos en esta temática durante las últimas décadas ha sido el interés por la protección del medioambiente antártico y sus ecosistemas dependientes y asociados. En este sentido, la ley establece un completo sistema para la regulación de las actividades antárticas, que garantice la sustentabilidad de las mismas, además del respeto e implementación de los valores ambientales”.
Las investigaciones
Al respecto, el director regional de Aduanas, Ángelo Vergara, indicó que “producto de un proceso de fiscalización, en el cual se hizo un análisis, se determinó la revisión de un contenedor en el cual, al momento de fiscalizar, se encontraron diversas pieles de animales, las cuales están protegidas por una convención internacional a la cual está suscrito Chile, que protege la flora y la fauna”.
Vergara agregó que a partir de aquello Aduanas ejerció las acciones respectivas, entre ellas, una querella. Según explicó, “las pieles venían de contrabando”, puesto que “no fueron declaradas”.
Asimismo, dijo que era necesario dejar en claro que las franquicias aduaneras, como la que ocupó Sanhueza –en que dado su rango diplomático está exento del pago de aranceles aduaneros–, “no pueden ser un instrumento para traer pieles de animales que se encuentran protegidas a través de convenciones internacionales. Se trata de un ciudadano chileno que estaba retornando o haciendo uso de una de las distintas franquicias que contempla nuestro cuerpo normativo y producto de lo mismo se perfiló este riesgo”.
En el mismo sentido, la autoridad aduanera aseveró que “proteger a los animales que están en peligro de extinción o en los listados de la convención CITES es una prioridad no solamente de Chile, sino de los distintos países que suscriben esta convención internacional”.
Por su parte, el fiscal Rolando Ramírez explicó que el Ministerio Público supo del hecho por medio de la querella que presentó Aduanas de San Antonio, precisando que la importación de las especies protegidas por la convención CITES “constituye delito en territorio nacional”.
Asimismo, dijo que “aún no formalizamos a la persona, pues estamos reuniendo los antecedentes y particularmente tenemos que tener la opinión de organismos técnicos, porque la incautación de estas mercancías daría cuenta de pieles o partes de animales que están protegidos por la convención y, en ese sentido, tenemos que tener la certificación y el antecedente técnico, en este caso, del Servicio Agrícola y Ganadero, que está encargado por la propia ley de poder pronunciarse al respecto”.
Además, indicó que hay otras diligencias en curso, “que dan cuenta también de cómo se desarrolló la importación y las declaraciones que en su momento se hicieron respecto de estos productos, que no fueron declarados ni informados al Servicio Nacional de Aduanas por parte del importador”.
En cuanto a las sanciones que podría enfrentar el imputado en caso de ser hallado culpable, el fiscal informó que, en abstracto, la pena que se establece para el contrabando de especies animales “va de los 541 días, que son dieciocho meses, a tres años de presidio menor en su grado medio, y una multa de 100 a 200 unidades tributarias mensuales”.
El Mostrador intentó comunicarse con el embajador Camilo Sanhueza Bezanilla, a fin de conocer su versión respecto de los hechos que se le imputan, pero no hubo respuesta al requerimiento.
Desde Cancillería, en tanto, indicaron que se encuentran recopilando todos los antecedentes del caso, a fin de determinar si se inicia alguna investigación interna al respecto.