Cuento chino en Santiago: Fiscalía se centra en chat de Hassler con operador político del PC

La incautación del teléfono de Irací Hassler, cuyo objetivo era indagar la fallida compra de la clínica Sierra Bella por parte del municipio de Santiago, tuvo el efecto de una bomba de racimo que derivó en la apertura de una investigación paralela por tráfico de influencias, que involucra a la exalcaldesa y a la actual presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, Karol Cariola, ambas militantes del Partido Comunista.

El telón de fondo es una serie de favores solicitados por la diputada, en beneficio de un empresario chino –amigo y eventual financista– que registraba varias denuncias por expendio de bebidas alcohólicas sin patente en uno de sus locales. Su nombre: Bo Yang, aunque sus amigos lo conocen como “Emilio” Yang, quien es un conocido lobbista de la Cámara de Comercio china en Chile.

“Tengo un cacho, necesito tu ayuda. Uno de mis amigos chinos empresarios, tiene un mall chino en Santiago y por problemas administrativos no alcanzaron a pagar la patente, y los van a clausurar”, escribió la actual presidenta de la Cámara Baja, en enero de 2022, a Hassler.

La entonces alcaldesa de Santiago le enviaba días más tarde a Cariola un reporte con la situación comercial del empresario, dando cuenta de que la patente de alcohol aparecía vigente y al día, pero que en el sistema de pagos no figuraba cancelada en el segundo semestre del año anterior, “en cuyo caso debería estar anulada o al menos bloqueada”, escribió Hassler.

Mientras la alcaldesa avanzaba en la gestión solicitada, a través del coordinador del Departamento de Actividades Comerciales de la municipalidad, Reynaldo González, la diputada Cariola convenció a Hassler de reunirse con el empresario chino. “Quiere juntarse a cenar contigo y conmigo”, dijo la parlamentaria, mencionando que el enlace con Bo Yang era un tal “Juanito González”.

“Juanito González” es en verdad el seudónimo o “chapa” de Jorge Cárcamo, un conocido operador político del Partido Comunista y estrecho colaborador del fallecido expresidente del partido, Guillermo Teillier. Su nombre se repite en varias conversaciones y hasta aparece en un video que Cariola compartió en Instagram cuando fue condecorado por el PC con la medalla “Elías Lafertte”.

En este mismo periodo, el emisario del Partido Comunista conversó con Hassler sobre un proyecto navideño en la Plaza de Armas, donde participaría el empresario chino, quien –como se supo después– también figura como socio en empresas constituidas con el diputado Andrés Jouannet. “Le agradecería preguntarle si tiene opción de hacer un árbol grande de navidad, como el de la plaza de armas u otro lugar en un barrio”, planteó la entonces alcaldesa a Cárcamo/González.

Un día después, el 12 de diciembre de ese mismo año, este respondió a la alcaldesa que Yang había aceptado montar un árbol de Navidad en la Plaza de Armas y que colaboraría con helados para repartir entre los niños. “Maravilloso, conversemos mañana sobre algunas opciones”, contestó Hassler.

En caso de concretarse el proyecto –como efectivamente sucedió–, el aporte del empresario debió haber quedado consignado en algún registro municipal, explican distintas fuentes y eso es precisamente lo que busca esclarecer el Fiscal Regional de Coquimbo, Patricio Cooper, luego de solicitar al municipio el listado de todas las donaciones realizadas, en el marco de algún tipo de actividad navideña, durante 2022.

¿Pago o donación?

Lo que no se sabía hasta ahora, sin embargo, es que en los mensajes intercambiados entre Hassler y Juanito González se habla de dos modalidades para resolver por la vía administrativa el aporte ofrecido por Bo Yang.

“Hola Juanito, con activación de marca son cerca de 880.000 y sin marca sería una donación”, le escribió Hassler al operador político del PC el 18 de diciembre de 2022.

La exalcaldesa, en rigor, planteó que la instalación del árbol de Navidad, en caso de incorporar una marca específica, costaría alrededor de 880 mil pesos, precio que debería pagar la empresa al municipio por instalarse en el lugar y usar el espacio público.

En caso contrario –si no se incluía la marca de una empresa–, el aporte debería gestionarse como una donación. En cualquiera de los dos casos, sin embargo, la operación escogida debería haber quedado registrada en el municipio.

Al árbol, finalmente, se le incorporó un pesebre. Sobre el nuevo producto, González le preguntó a Hassler qué le pareció. “Ya vi el pesebre, bello y la gente esta feliii…Te lo agradezco muchísimo compañero!!!”, escribió. “El amigo ya está pensando para el próximo año”, acotó Cárcamo/González.

Para Juan José Lyon, director de América Transparente, el aporte del empresario chino debió haber quedado registrado. “Si este empresario donó el árbol y se hizo con una marca, debe quedar claro si ese permiso se pagó o no y, si fue una donación, sería bueno poder acceder al registro interno donde quedó constancia de dicha donación”, asegura.

Lyon, además, advierte que si la donación se dio en el marco de una reunión de lobby, esta debió haber quedado consignada en un reporte de la cita, pero cuando el donativo lo hace una empresa “no existe un registro abierto de acceso al público”.

“Si una persona le hace un regalo al alcalde, eso queda en un registro abierto, pero si una empresa le dona a un municipio, no. Y eso no tiene sentido. Debemos nivelar la transparencia para facilitar el escrutinio público y poder ejercer una mejor fiscalización”, sostiene.

Otro punto en cuestión, agrega Lyon, es que la Contraloría estipuló que ninguna municipalidad puede recibir dinero o sellar convenios con empresas “que tengan o puedan tener interés en asuntos que deban ser analizados, conocidos o resueltos por las entidades edilicias”. Desde este punto de vista, añade, es necesario revisar “si el empresario tenía algún asunto pendiente o tramitó algún permiso con el municipio”.

Barrio chino

La instalación del árbol de Navidad y el pesebre –según se desprende de los chats– ayudó a consolidar la relación entre Bo Yang y las autoridades políticas del Partido Comunista chileno. Apenas tres meses después de la celebración navideña, Karol Cariola recibió un mensaje del empresario chino, con una propuesta más sofisticada que involucraría al gobierno de China.

En efecto, el lobbista le dijo que, de acuerdo con lo conversado, requería información sobre las áreas en las cuales el municipio necesitaba que el gobierno chino colaborara, las necesidades concretas y hasta el presupuesto que manejaba el organismo comunal. Asimismo, quería saber “cuáles son las situaciones dramáticas que están afectando a la comunidad”, planteó.

Pocos días antes, Cariola le comentó a Hassler que la relación con el empresario chino buscaba, además, “resucitar” un viejo anhelo de varios alcaldes de la comuna: levantar un barrio chino en el sector de Meiggs.

La relación entre el municipio de Santiago y la comunidad china no es reciente. El año 2019, durante la gestión de Felipe Alessandri, el municipio chino de Lishui donó 14 vehículos eléctricos nuevos para el monitoreo de parques y barrios, en el marco del “Plan Plaza Segura”.

No obstante, en la época de Hassler se instalaron tres pórticos chinos en el barrio Meiggs, en un intento de remodelar el sector, sus calzadas y veredas, medidas enmarcadas en una propuesta que buscaba transformar el lugar en un Barrio chino, otorgándole un acento típico oriental a uno de los sectores más complicados de la capital.

Hassler y Cariola, de hecho, conversaron de la iniciativa en un programa de YouTube conducido por la segunda, publicado el 11 de abril de 2024. Allí, Hassler aseguró que con ayuda de la comunidad china se instalaron unos pórticos y leones en el sector, “avanzando en aspectos culturales, intentando relevar las características que tienen los barrios”.

Cariola, a su vez, con entusiasmo, agregó que se trataba de un barrio de comercio chino, con “personas que han llegado a instalarse en el país y ser un aporte en el acceso de productos de menor precio, mayorista… un proyecto que muchos años se ha tratado de implementar”.

Pese a que públicamente se ha hablado mucho del proyecto, El Mostrador intentó acceder a la iniciativa original, pero desde la Municipalidad de Santiago, actualmente administrada por Mario Desbordes (RN), señalaron que por el momento no contaban con antecedentes sobre la medida.

“Aquí hay una investigación que lleva adelante el fiscal Cooper, quien ha solicitado una serie de diligencias y, entre ellas, nos ha pedido como municipio bastante información sobre algunas de las personas que han salido mencionadas y diversos documentos vinculados a patentes, contratos y otros. Nosotros estamos recabando la información y se le entregará en tiempo y forma al fiscal, como corresponde”, señalaron.

El Mostrador se comunicó con exfuncionarios de la administración de Hassler, a fin de aclarar si el proyecto navideño se ejecutó a través de un pago a la municipalidad o se trató de una donación, pero hasta el cierre de esta edición no recibimos respuesta.