
“Capitán”, el enigmático personaje detrás de los iraníes detenidos en Chile
Según los dos sujetos que fueron aprehendidos en Pudahuel en 2023, el gestor del extraño viaje que hicieron desde Teherán a Santiago, para desde ahí dirigirse a Londres, tenía un número colombiano, hablaba persa y también perfecto español. La Fiscalía pide más de 21 años para el único recapturado.
Ya presentada la acusación en contra de uno de los dos ciudadanos iraníes que fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Santiago el 30 de abril de 2023, intentando salir del país con pasaportes británicos adulterados, siguen quedando muchas preguntas sin respuestas, en particular respecto de cuál era la intención inicial de los dos sujetos, si formaban parte de algún servicio de inteligencia y, sobre todo, quién es el “Capitán”, como ambos identificaron al sujeto que estaba detrás del extenso, costoso y casi incomprensible viaje que efectuaron y que terminó con uno de ellos (Alí Bagheri) enfrentando una posible pena superior a los 20 años.
Como ha informado El Mostrador, la madrugada de ese día Alí Bagheri y Abolfazl Delhahfar ingresaron a la zona de tránsito internacional del aeropuerto, tras haber exhibido a la aerolínea Copa visas consulares falsificadas, en formato digital, supuestamente emitidas por Chile.
Tras pasar toda la mañana en el lugar, a las 15:00 horas, ambos intentaron abordar un vuelo de British Airways, con destino a Londres, haciendo uso de pasaportes del Reino Unido falsificados. Se trataba de document0s a nombre de los británicos Jack Joseph Holloway y Fraser James Alisson, los que estaban bloqueados por robo o extravío desde el año 2022.
Ante ello, se inició una investigación que estuvo inicialmente radicada en la Fiscalía Local de Pudahuel, desde donde fue derivada por el Fiscal Nacional, Ángel Valencia, al Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, después que quedara en evidencia que ambos iraníes habían escapado por pasos no habilitados, una vez que la Fiscalía –que inicialmente tuvo el caso– no sostuviera la petición de prisión preventiva y los sujetos no fueran habidos en los domicilios que habían indicado, uno de ellos, una casa de Maipú que –según un informe de inteligencia policial citado por Radio Bío Bío– estaba sindicada como un inmueble vinculado al movimiento chiita Hezbolá.
En diciembre del año pasado, Ali Bagheri fue detenido por personal de la PDI en el aeropuerto de Santiago, luego de ser deportado desde Estados Unidos, donde fue aprehendido en septiembre, en la zona de El Paso, al ingresar clandestinamente a Texas.
Tras ello, fue formalizado por los fiscales Castro y Ríos, quedando en prisión preventiva. A inicios de la semana pasada, los fiscales cerraron la acusación y formularon la respectiva acusación, solicitando que en contra de Bagheri se aplique una pena de 15 años de cárcel por falsificación de sello del Estado, otros 5 años por receptación y otros 540 días por usurpación de nombre.
El “Capitán”
Bagheri, de 39 años en la actualidad, dijo a la PDI, tras ser detenido en 2023, que había nacido en Shiraz, Irán, y que era “soldador o gásfiter”, aunque en otro testimonio aseveró tener estudios universitarios completos, sin precisar su profesión.
Según él, todo el viaje obedeció a su expectativa de vivir y trabajar en Inglaterra, lo que le resultaba complejo, dado que “los ciudadanos iraníes no podemos ingresar a Inglaterra, ya que existe una prohibición de ingreso”. Algo semejante aseveró Delkhah, quien dijo tener un primo que vivía desde hacía tres años en Inglaterra.
Ante ello –según su versión–, una amiga de su cuñado llamada “Neda” le dio el número de un sujeto a quien solo identificó como el “Capitán”, quien –algo que parece que no le llamó la atención– tenía un WhatsApp que comenzaba con el número +57, que corresponde a Colombia, el cual supuestamente se encargaba de hacer ingresar ciudadanos iraníes al Reino Unido, quien “me dijo que iban a intentar una nueva ruta para llegar a Inglaterra a través de Chile y es primera vez que la utilizarían”.
Aseguró que nunca supo el nombre real del sujeto, pero sí que “habla español perfectamente. No sé cuál es su nacionalidad”.
Todo indica que “Capitán” era un políglota, pues, según Delkhah, el sujeto, que era quien había hecho las gestiones para que su primo llegara a Londres, “habla persa”.
De acuerdo con el testimonio del Bagheri, “Capitán” le dijo que debía pagar 25 mil euros, para lo cual le dio los números de cuentas de cinco bancos iraníes, todas a nombre de un tal “Kaveh Abdi”, en la cual debía depositar el dinero, el que dijo haber obtenido luego de vender su casa, junto a su esposa. Agregó que depositó 23.400 euros a esas cuentas y luego, con el dinero que le quedaba, compró un viaje desde Irán a Venezuela (el que pasaba por Moscú, detalle que no comentó a los detectives).
Delkhah, quien tiene 25 años y dijo ser peluquero, contó una historia casi idéntica: que vendió su casa en 26 mil euros, que le depositó dinero a “Kaveh Abdi”, aseverando no saber si este y “Capitán” son la misma persona, y que luego este último le mandó las fechas del viaje y el contacto de Bagheri, señalando que el WhatsApp de este tenía como foto “una estatua de un hombre hecha en piedra”.
Ambos se conocieron en el aeropuerto de Teherán, según sus historias, y luego de ello, explicó Bagheri, el misterioso “Capitán” les dijo que “después de Venezuela iríamos a Panamá, luego a Chile y de Chile a Inglaterra. Nos señaló que a Chile podríamos ingresar con la visa chilena, la que nos iba a enviar una vez que estuviéramos en Venezuela”.
Afirmó que llegaron el 26 de abril en la mañana a Caracas, donde permanecieron casi cuatro días en una residencia, y que el 30 de abril viajaron a Panamá, desde donde salieron hacia Santiago, tras una escala de media hora. “En los aeropuertos presentamos las visas chilenas que nos mandó previamente ‘Capitán’ y en ambos aeropuertos nos dijeron que las visas eran legales”, relató Bagheri a los detectives chilenos.

El baño
Apenas arribados a Santiago, ambos se quedaron 13 horas frente a uno de los salones VIP de la parte internacional del aeropuerto. Allí se encontraban cuando “Capitán nos mandó una foto de una cafetería y nos señaló que enfrente había un baño, y que en ese baño estarían los pasaportes que debíamos presentar para viajar”.
Efectivamente, “Capitán” no mentía. Cuando ingresaron allí hallaron los dos pasaportes británicos, originales pero adulterados, pues les habían insertado sus fotos. Ante ello, dejaron 200 dólares y sus propios pasaportes en el baño.
Sin embargo, todo falló, pues el sujeto que les dejó los pasaportes en el baño –un chileno identificado como Carlos Gazzano Vega– previamente se había acercado al jefe de turno de British Airways, pidiéndole chequear si estaba todo bien con los pasaportes, que según él pertenecían a unos “familiares” suyos. El empleado de la línea aérea se negó y, en el momento en que Gazzano dejaba los documentos en el baño, la PDI fue alertada de la situación, por lo cual detuvo a los extranjeros en el momento en que intentaron abordar el avión.
Gazzano, que trabajaba en Swissport, dijo que desde hacía varios años conocía a un tal Carlos Lagos Rivera, quien también había trabajado en el aeropuerto. Este le ofreció 150 dólares por la “gestión” de entregar los pasaportes británicos, algo que él considerada, como le dijo a la BIPE, “buena plata”.
El 28 de abril, de hecho, le mandó un WhastApp que decía: “¿Cómo estamos para ir a buscar los pasaportes?”, para lo cual lo citó al día siguiente, entre las 10:00 y 11:00 horas, al metro Lourdes, donde una mujer chilena, a quien asegura no conocer, se acercó a su auto, entregándole un sobre blanco con los pasaportes.
Al día siguiente, es decir, el 30 de abril, todo lo que ocurrió en el baño de la zona VIP y el embarque fue coordinado por él junto a Lagos, quien decía que a su vez recibía instrucciones de un “contacto”.
Luego de la detención de los iraníes, Gazzano preguntó a Lagos qué hacer con los pasaportes originales de estos y los 200 dólares que habían dejado en el baño, frente a lo cual su socio de correrías le dijo que le depositara la mitad, lo que él hizo, y que destruyera los documentos de viaje, lo que no llevó a cabo.
Según su confesión, ya en una ocasión anterior Lagos le había pedido entregar unos documentos en Pudahuel, y aunque la operación no se concretó, de todos modos su amigo le pagó 100 mil pesos. Respecto del “contacto” al que aludía Lagos, dijo que entendía que era un hombre de nacionalidad peruana o colombiana, lo que coincide con el número de “Capitán”.
Cabe indicar que la policía allanó la vivienda de Lagos, en San Felipe, incautando desde allí un celular y una tablet, sin que se sepa hasta la fecha el resultado de la extracción de información de ambos aparatos ni, tampoco, la versión de Lagos. De hecho, se desconoce cuál será la decisión penal del Ministerio Público respecto de Gazzano y Lagos.
Los vacíos del relato
Pese a que a simple vista parece solo la trágica historia de un par de migrantes buscando huir de una dictadura, las versiones –aseguran fuentes que conocen el caso– parecen aprendidas, y aún así tienen muchos vacíos, particularmente lo que tiene que ver con los valores que dicen haber pasado, lo extenso del periplo y, sobre todo, la forma en que huyeron de Chile y en la que al menos uno de ellos llegó a Estados Unidos, algo complejo de realizar teniendo en cuenta que –según ellos– no sabían nada de español (para interrogarlos hubo que recurrir a una traductora).
Otro motivo de duda entre los investigadores dice relación con la supuesta estadía de Bagheri en la casa signada en El Olimpo 857, Maipú, la cual registró como su domicilio en Chile después de quedar con la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno en 2023, y luego de haber estado algunos días alojando en la Embajada de Irán en Chile, en avenida Estoril, en Las Condes.
Además, fuentes conocedoras del tráfico de migrantes a nivel internacional indicaron a El Mostrador que, si bien es frecuente que los iraníes intenten “blanquear” su ruta de entrada a Inglaterra pasando por América Latina, lo habitual es que lleguen a Brasil y que desde allí reemprendan viaje a Europa.
En dicho contexto, además de que el costo que “Capitán” les cobró –según la historia de ambos– excede por mucho lo que es habitual, el paso por Venezuela de ambos es quizá el punto que más dudas genera, pues no parece un punto lógico en el trayecto y, por el contrario, para nadie es un misterio que Venezuela e Irán son estrechos aliados en materias de seguridad e inteligencia.