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¡Buenas tardes, habitantes de este Universo Paralelo! Ayer se entregó el Premio Nobel de Física y no podemos comenzar esta edición sin comentarlo. Los galardonados, John Hopfield y Geoffrey Hinton, no recibieron el galardón por desarrollos en el área de la física.
Claro que, cuando no es una cuestión disciplinar o de gustos, hay ciertos lugares en donde sí es necesario discutir los premios: cuando discriminan. Las mujeres son aquí un ejemplo. La doctora en Física Fabiola Arévalo nos cuenta, entre otras cosas, que de todos los Nobel entregados, solo 6,6% son mujeres.
Nuestro cuestionario de esta edición lo responde el connotado físico Miguel Orszag. El Dr. Orszag es pionero de la óptica cuántica en Chile. En su larga carrera ha hecho escuela, formando a toda una generación de físicos del área. Hoy es profesor del Centro Multidisciplinario de Física de la Universidad Mayor.
En las Breves Paralelas comentaremos un poco más acerca del Premio Nobel de Física y sobre quarks.
Espero que disfruten de esta edición «Nobelesca» y encantada, y que nos ayuden con la difusión de la ciencia en los medios. Compartan este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien, ¡inscríbanse ya!
Esta es la semana de los premios Nobel, en la que se anuncian los galardonados en las categorías de Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz desde 1901, con pocas interrupciones.
Determinado a cambiar cuál sería el legado de su nombre, Alfred Nobel donó la mayor parte de su fortuna a la creación de una institución que reconocería anualmente a aquellos que «confirieron el mayor beneficio a la humanidad».
Sin embargo, los nombres femeninos en estas premiaciones son minoría. Esto no es una limitación impuesta por Nobel, sino que es cultural, pues refleja la desigualdad de género en el reconocimiento. Después de Curie, Maria Goeppert-Mayer fue la segunda ganadora en Física, en 1963, por sus contribuciones en el área nuclear.
El Premio Nobel ha sido adjudicado a 965 personas y 27 organizaciones, donde las mujeres representan apenas un 6,6%. Para poner en contexto esta disparidad, si a contar de este año en adelante se dieran solo premios a mujeres, recién en el año 2080 se lograría una paridad. Las reglas para mujeres no han sido las mismas de sus colegas, pero hay avances.
De las 64 galardonadas, la mitad ha sido en las últimas dos décadas. En Física pasamos de dos laureadas a cinco, denotando un cambio de paradigma en el reconocimiento del trabajo femenino. Hay iniciativas como el día de Ada Lovelace, que desde el 2009 se celebra durante el segundo martes de cada octubre para visibilizar el trabajo de mujeres en la ciencia y tecnología e, incluso, libros que destacan aportes antiguos de mujeres.
Idealmente, el nombre no debería importar para valorar el aporte a la humanidad, ya sea Mario, Marie o María. Así como Nobel redefinió su propio legado, esperemos que sigamos redefiniendo nuestra perspectiva, premiando y visibilizando todas las contribuciones que benefician a la humanidad.
Este año se cumple el quincuagésimo aniversario del descubrimiento de la partícula elemental «quark encantado» (quark charm en el original en inglés). Para comprender qué son los quarks y cuál es su importancia en la descripción de nuestro universo, debemos remitirnos antes a los átomos.
Antes que nada, es necesario dejar en claro que los átomos no son los bloques fundamentales de la materia.
En efecto, los átomos están constituidos por un núcleo que alberga protones con carga positiva y alrededor del cual orbitan electrones con carga negativa; protones y electrones se mantienen ligados, pues tienen cargas eléctricas opuestas.
Ciertamente, los protones en el núcleo se mantienen unidos, y la materia es tan estable como podemos percibirla. La respuesta a esta aparente contradicción nos la brinda una nueva fuerza, tan fundamental como la gravitación y el electromagnetismo: la fuerza nuclear fuerte.
A partir de los años 60, gracias a los experimentos en colisionadores de partículas y, sobre todo, al notable desarrollo de la física teórica, los científicos demostraron que, al igual que los átomos, los protones no eran partículas fundamentales, sino que estaban formados por piezas más elementales: los quarks.
El quark encantado, al que le rendimos honores en esta columna, fue predicho unos años antes de su descubrimiento. Este era el ingrediente necesario para dar sentido a resultados experimentales que tenían en jaque a los científicos y nos permitió avanzar significativamente en el sueño de la unificación de las fuerzas fundamentales. Además, el encanto –o número de quarks encantados– es una cantidad que define en gran medida cómo interactúan las partículas.
Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a un científico. En esta edición, entrevistamos al ingeniero eléctrico y doctor en Física Miguel Orszag, pionero de la óptica cuántica en Chile.
-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?
-En la primaria y secundaria me gustaba el álgebra, pero la física no me llamaba la atención, seguramente por los temas no muy motivadores. Más me gustaba leer y tocar el violín. Cuando entré a la Universidad de Chile a estudiar Ingeniería, a corto andar descubrí que no me atraía en absoluto, salvo por los cursos de física. Finalmente, vi la luz cuando tomé el curso de mecánica cuántica en la Facultad de Ciencias. Fue un amor a primera vista y quise ser físico, con el consiguiente desmayo de mi familia que consideraba a la ingeniería más digna y, además, de moda en la época. Finalmente, terminé ambas carreras en la Universidad de Chile y me fui a Estados Unidos para el estudio de la óptica cuántica.
–¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?
-La física teórica y en particular la mecánica cuántica y el libro de Dirac. A lo largo de los años, me impresionó mucho el trabajo de Aharonov, relacionado con las paradojas de la cuántica, así como también las medidas débiles seguidas por una postselección de estados, que pueden lograr amplificación del sistema importante para detectar efectos ultrapequeños, como la posición de un espejo móvil impactado por una onda gravitacional en un interferómetro óptico. En el detector de ondas gravitacionales LIGO, el desplazamiento de un espejo móvil fue del orden de un millonésimo del tamaño de un átomo de hidrógeno. Toda mi vida la he dedicado a comprender la luz y su naturaleza, así como su aplicación a las comunicaciones, etc.
–¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?
-Desde mi perspectiva, más que un problema específico, los temas más importantes son la ciencia de materiales y la información cuántica. A lo segundo he dedicado esfuerzo y encuentro fundamental la teleportación y la criptografía cuántica, constituyendo un avance enorme en las comunicaciones humanas. Usar la mecánica cuántica para transmitir información segura entre un par de interlocutores y poder detectar una interferencia externa, instantáneamente pone las comunicaciones en un plano muy superior a las comunicaciones clásicas preexistentes. Por otro lado, la teleportación cuántica transfiere un estado cuántico de un lugar a otro (como en Star Trek, pero menos ambicioso), realizado con fotones, partículas, etc. Esto es la base para que en el futuro se pueda establecer una red de internet cuántica.
–¿Cuál es la pregunta que te desvela como científico y cómo la enfrentas?
-La complementariedad y los efectos optomecánicos. En el clásico experimento de dos agujeros iluminados de Young, si tenemos información de camino (fotón), no hay interferencia y la luz se comporta como partícula. Por otro lado, si no hay información de camino, hay interferencia y es una onda. Pregunta: ¿es posible borrar la información de camino? Sí, es posible en los experimentos de “quantum eraser” (borrador cuántico). Aún más, el borrado se puede hacer antes que la luz llegue a su destino, experimentos referidos como “delayed quantum eraser” (borrador cuántico diferido), lo cual es extraño en el sentido de decidir a priori si lo que pasa es onda o partícula (esto me ha mantenido varias noches desvelado). En los efectos optomecánicos, la luz de una cavidad impacta un espejo móvil, estableciéndose una correlación entre fotones (cavidad) y fonones (vibración de los espejos), cuyo estudio condujo, por ejemplo, al concepto y realización de un láser fonónico.
Un equipo de científicos del Departamento de Ciencias de Plantas de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, en conjunto con el Dr. Fernán Federici, de la Universidad Católica, utilizó bacterias Escherichia coli (E. coli) marcadas con fluorescencia como modelo para entender qué tipo de interacciones físicas tienen las células pequeñas entre ellas cuando crecen y se dividen.
John Hopfield y Geoffrey Hinton recibieron esta semana el Premio Nobel de Física. Foto de Hopfield de YouTube: Emergence, dynamics, and behaviour – John Hopfield (Time: 35m55s). Foto de Hinton por Ramsey Cardy. CC BY 3.0
Nobel de Física 2024
Este año el Premio Nobel de Física ha sido muy particular, ya que no se otorgó por resultados obtenidos en física. John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton recibieron el prestigioso galardón por sus contribuciones al aprendizaje automático mediante redes neuronales artificiales. Es decir, el premio de física reconoce este año a las ciencias de la información. ¿Extraño? No del todo.
Hinton es uno de los padres de las redes neuronales profundas. Estas son redes con muchas capas de neuronas. Desarrolló métodos de entrenamiento que son la base de la inteligencia artificial como la conocemos hoy.
Como dijimos antes, los quarks son partículas fundamentales que forman otras más complejas, como protones y neutrones. Uno de los grandes misterios de la física es que jamás se ha observado un quark aislado; siempre están confinados en grupos de dos (los llamados mesones, como los piones) o tres (los bariones, como los protones).
Pero jamás se ha visto un quark solo. Entender por qué los quarks siempre están confinados es uno de los mayores desafíos de la física moderna. Resolver este enigma nos permitirá profundizar en nuestra comprensión de las fuerzas que controlan la estructura de la materia a niveles fundamentales.
“Los Campos de Efecto de Masa son creados mediante la utilización del elemento cero. El elemento cero puede incrementar o disminuir el contenido de masa del espacio-tiempo cuando es sometido a una corriente eléctrica vía energía oscura. Con una corriente positiva, se aumenta la masa. Con una corriente negativa, la masa se disminuye. A más fuerte la corriente, mayor la magnitud del efecto de masa”.
Este tipo de ciencia ficción se opone a la “ciencia ficción blanda”, como Star Wars, en donde no existe ninguna reflexión científica: es el futuro y no nos importa cómo funcionan las cosas, solo que sean extraordinarias y futuristas.
¿Cómo reconocer una buena obra de ciencia ficción dura?
Todas, lecturas imperdibles para un fan de la parte de “ciencia” más que de la ficción.
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