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¡Buenas tardes, habitantes de este calmo Universo Paralelo! Las Naciones Unidas siempre encuentran una razón para celebrar. Hoy, por ejemplo, es el Día Internacional del Migrante. Pero el 11 de diciembre pasado, cuando comenzamos a pensar en este número, se celebraba el Día Internacional de las Montañas. Nos propusimos, por lo tanto, hablar de montañas, esos maravillosos accidentes geográficos que se crean a lo largo de millones de años, producto de la furiosa actividad geológica de las entrañas de nuestro planeta.
Las montañas son muy significativas para nuestra historia. Demarcan fronteras, producen climas únicos, almacenan agua en forma de glaciares, contienen minerales valiosos, y nos regalan un hermoso e imponente paisaje que nos conecta con la naturaleza y nos recuerda nuestra pequeñez.
El cuestionario de hoy lo contesta el doctor en Física Fabrizio Canfora, quien es profesor titular de la Universidad San Sebastián e investigador del Centro de Estudios Científicos en Valdivia.
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“Para mucha gente una montaña es solo minerales. Pero, en realidad, ninguna cultura antigua ha considerado las montañas como minerales. En muchas culturas, las montañas son sagradas: les hablas y les pides buenos consejos”.
Esta reflexión de Arné Naess, fundador de la ecología profunda y montañista, resume los diversos valores que atribuimos a las montañas: fuente de salud, sabiduría, introspección y un símbolo de profunda pertenencia.
Las montañas representan el 12,5% de la superficie terrestre, excluyendo la Antártica, y se caracterizan por sus pendientes, diversidad fisionómica y climática, así como por el aislamiento prolongado de sus cumbres y valles.
Además de su biodiversidad, las montañas son vitales para los medios de vida de más de la mitad de la humanidad. Proveen una amplia gama de servicios ecosistémicos, desde alimentos, agua dulce y materias primas, hasta la regulación del clima, la erosión y los riesgos naturales. También inspiran valores culturales, espirituales y recreativos, contribuyendo tanto al bienestar físico como mental de las personas.
Según un trabajo recientemente publicado en la revista Science of The Total Environment, las principales amenazas incluyen la sobreexplotación del agua, contaminantes de la minería, agricultura, ganadería y turismo, cambios en el uso del suelo que reducen la vegetación, introducción de especies exóticas y el cambio climático, que acelera el retroceso de glaciares y permafrost, provocando deslizamientos, caída de rocas y afectando a las comunidades de tierras bajas.
El pasado 11 de diciembre se celebró el Día Internacional de las Montañas, establecido en el año 2003 por la FAO para reflexionar sobre la fragilidad de estos ecosistemas y nuestra responsabilidad de protegerlos.
El llamado es claro: valorar, proteger y conservar este patrimonio mediante una gestión sostenible que garantice la vida en las montañas y el bienestar de las futuras generaciones.
La minería verde ha demostrado ser el enfoque que necesitaba la minería chilena, la que hoy por hoy ha avanzado en serio sobre un nuevo desafío: desarrollarse de manera responsable con el ambiente natural y con las comunidades.
Bien nos advertía en 1856 la científica estadounidense Eunice Newton que “el aumento del CO2 provocará un calentamiento global”, haciendo alusión a que el dióxido de carbono (CO2), el metano o el vapor de agua actúan en la atmósfera como lo que hoy denominamos gases de efecto invernadero.
Entonces, ¿cómo seguir haciendo minería en estos nuevos escenarios? Es sabido que la capacidad de adaptarse a un ambiente cambiante es una característica esencial de los organismos vivientes y de los sistemas sociales.
Chile ha sido, es y será un protagonista de la minería a nivel mundial, y no está ajeno a esta situación, por lo que, como tal, debe destacar entre los precursores principales de nuevas medidas sensibles a las necesidades de las comunidades y que se adapten a los ambientes naturales cambiantes, ya que –sabemos bien– la minería es una actividad fundamental para el desarrollo económico del país y sus habitantes.
La minería verde permite actuar con rapidez en la aplicación de estrategias para tener procesos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, dentro de los que destacan: transitar poco a poco a la carbono neutralidad, mediante el uso de energías limpias y reutilización de materias primas; reducir el consumo de agua dulce, mediante el uso de agua de mar en los procesos metalúrgicos; y mejorar el manejo y disposición de los residuos con la implementación del Estándar Global de Gestión de Relaves (GISTM), a fin de minimizar los impactos al entorno y especialmente a las comunidades.
Actualmente, Chile tiene en su Política Nacional Minera 2050 un fuerte compromiso con una minería responsable, ambiental y social, estableciendo la sostenibilidad y el diálogo con las comunidades como principios esenciales. Chile ha tomado el desafío de hacer las cosas bien.
Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a una persona dedicada a la ciencia. En esta edición, entrevistamos al doctor en Física Fabrizio Canfora. El Dr. Canfora es profesor titular de la Universidad San Sebastián e investigador del Centro de Estudios Científicos en Valdivia. Es especialista en teoría de campos y solitones topológicos.
-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?
-Desde chico, mi papá y mi mamá me estimulaban con juegos matemáticos (ambos son matemáticos). Para que me gustara más todavía la matemática, mi papá me enseñaba ejemplos de física para que yo me diera cuenta de lo importante que es la matemática. Pero, al final, con todos los ejemplos de mi papá de física, terminó gustándome mucho más la física teórica que la matemática. Desde adolescente, ya había decidido ser físico.
-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?
-Los volúmenes de Landau sobre mecánica cuántica y mecánica estadística (era muy fácil encontrar en Nápoles estos libros usados y traducidos en italiano), los primeros dos volúmenes de Feynman Lectures on physics y el libro de Hawking-Ellis The large scale structure of space-time. Los volúmenes de Feynman logran enseñar de forma intuitiva (con pocos detalles matemáticos) conceptos importantes (lo cual es bueno en los primeros dos años de la U). Pero, después, es muy importante apreciar que, en ciencia dura, hay que trabajar mucho para entender conceptos revolucionarios como la mecánica cuántica y estadística, así como el concepto de espacio-tiempo. En este sentido, los libros de Landau y de Hawking-Ellis abren un universo de conocimiento completamente nuevo.
-¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?
-Es imposible responder a esta pregunta de forma objetiva. Puedo dar una respuesta que corresponde a mis gustos personales. Seguramente, el confinamiento de los quarks y de los gluones dentro de los hadrones es un problema fascinante que puede desvelar los secretos escondidos en el centro de las estrellas de neutrones y en los primeros instantes del universo. También es importante el problema de la naturaleza de la energía oscura, aunque tal vez todavía faltan datos experimentales más precisos. Los datos del James Webb Telescope podrían ofrecer muchas sorpresas.
-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científico y cómo la enfrentas?
-Me fascina cómo sistemas fuertemente interactuantes (como protones y neutrones, los cuales interactúan con las interacciones fuertes nucleares) puedan formar patrones complejos (hoy conocidos como «fase de la pasta nuclear»). Estos sistemas, hasta hace poco, solo se podían estudiar en grandes y costosos computadores. Junto con varios colegas y estudiantes, estamos desarrollando el primer método completamente teórico capaz de analizar estas estructuras sin necesidad de estos grandes computadores. Trabajo en ello con colegas de otras instituciones y estudiantes de doctorado, con mucha paciencia, alegría y humildad.
La imagen de esta semana nos transporta a la Cordillera de la Sal, ubicada en las cercanías de San Pedro de Atacama, en el corazón del desierto de Atacama.
Esta precipitación de halita está asociada a la evaporación de salmueras, las mismas que, hoy en día, a pocos kilómetros, albergan las mayores reservas de litio del planeta: el salar de Atacama.
Montañas y “Zonas de Producción Vertical”. En su trabajo clásico “Hacia una Ecología Cultural de las Montañas” de 1983, David Guillet y colegas intentan explicar las similitudes en los patrones culturales de pueblos de montaña.
A esto se le llama “Zona de Producción Vertical” y es un concepto que combina datos sobre el tipo de suelo y la distribución de recursos, con datos de la organización social. El artículo plantea que existen 3 zonas de producción vertical, tanto en los Andes como en los Himalayas: una de agricultura intensa, una zona de agropastoreo y una dedicada puramente al pastoreo, donde predomina el ganado.
Una cerveza bien fría: según la ciencia. Si hablamos de montañas, pensamos en nieve y, cuando pensamos en nieve, pensamos en cerveza, ¿a ti no te pasa? Un artículo –pendiente de revisión por pares– publicado en octubre de este año por el profesor Pellegrini (no el que tú piensas), se propone calcular matemáticamente la forma óptima de un vaso que minimice la transferencia de calor, manteniendo, con esto, la cerveza más fría.
La forma ideal de un vaso de cerveza es expresada por el cociente: Atot/V (la superficie expuesta de la cerveza dividida por el volumen). El objetivo de Pellegrini fue minimizar este cociente para, así, disminuir la transferencia de calor al líquido –que es lo que representa el lado izquierdo de la ecuación–. Los detalles matemáticos son irrelevantes en este espacio, pero el hallazgo es comprensible por todos. En la ilustración que acompaña esta sección, puedes contemplar el vaso de cerveza óptimo, según la ciencia.
La recomendación de esta semana: un libro que invita a jóvenes a recorrer la cordillera de los Andes, en particular la zona del geoparque Mundial Unesco Kütralkura. Las erupciones volcánicas son fenómenos naturales que se producen como consecuencia de la actividad de la Tierra. Chile tiene condiciones geológicas únicas, que incluyen la imponente cordillera y un arco volcánico, hogar de cerca de 90 volcanes activos.
En este contexto, surge el libro Siguiendo las huellas de los gigantes del Kütralkura: Guía volcanológica para jóvenes, publicado en 2024 y financiado por el programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Tuve el honor de escribir este libro, fruto del trabajo colaborativo con más de 40 mujeres y que tiene como propósito visibilizar los conocimientos y los saberes que convergen en un Chile volcánico. Además, busca proporcionar a las jóvenes herramientas para recorrer los volcanes, con un enfoque preventivo en caso de una erupción volcánica.
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Bueno, y esto es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo. ¡Hasta la próxima semana!
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