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Cosas de tiempo

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¡Buenas tardes, habitantes de este Universo Paralelo! La edición de hoy está dedicada a uno de los grandes misterios de la física, la biología, la medicina y la geología: el tiempo.

¿Qué es el tiempo?, ¿cómo medirlo?, ¿por qué transcurre? Son algunas de las preguntas que nos hemos hecho como especie desde que aparecimos en el planeta.

Este no es solo un problema científico. La filosofía también ha jugado un rol importante en el intento por dilucidar la naturaleza del tiempo. Immanuel Kant, por ejemplo, pensaba que el tiempo no era un concepto empírico, sino que era una noción a priori, una que no requiere de la experiencia, sino que está presente en la estructura fundamental de nuestros cerebros. Es decir, el tiempo no sería una propiedad fundamental de la naturaleza, sino que de nosotros mismos.

Pero bueno, en este universo paralelo hablamos de ciencia, y en este número abordaremos distintas perspectivas científicas en torno al fenómeno temporal:

  • Primero desde la física. El tiempo desde Newton hasta Einstein.
  • Luego, invitamos al bioquímico y doctor en ciencias biológicas Gonzalo Olivares a hablarnos del tiempo en las ciencias biológicas.

A continuación, nuestro cuestionario lo responde Fabiola Arévalo, doctora en Ciencias Físicas y académica del Núcleo de Matemáticas, Física y Estadística de la Universidad Mayor, sede Temuco.

  • La imagen de la semana muestra una fotografía capturada por el geólogo Raúl Ugaldey el vulcanólogo  Eduardo Morgado. Se trata del cristal de circón en una roca volcánica, foto capturada utilizando un microscopio electrónico de barrido. El circón tiene un valor enorme para los geólogos porque les permite conocer la antigüedad de las rocas. Un valor infinitamente mayor que el de algunas joyas que lo contienen. Invitamos al geólogo Camilo Sánchez a contarnos sobre ello.
  • En nuestras Breves Paralelas, la doctora en ciencias Sofía Vargasnos habla sobre la edad del agua. Además, un dato sobre la medición más precisa que podemos hacer del tiempo.

Finalmente, comenzando las vacaciones, una recomendación de la periodista Francisca Munita de lugares «congelados en el tiempo».

Ojalá disfruten de esta edición. Ayúdennos con la difusión de la ciencia en los medios, compartiendo este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien¡inscríbanse ya!

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EL TIEMPO EN LA FÍSICA

La naturaleza del tiempo es uno de los grandes misterios de la física. Es extraño admitirlo. Después de todo, es uno de los atributos más intuitivos del Universo, uno que medimos cotidianamente, que mencionamos al pasar con naturalidad y que calculamos con mucha precisión constantemente. En nuestras primeras clases de física se nos habla del tiempo y de su unidad estándar en que lo medimos: el segundo. Pero, ¿qué es el tiempo?

  • “El tiempo es lo que mide el reloj” es una frase que se atribuye a Einstein, pero que probablemente la formularon muchos antes que él. De hecho, es la única definición de tiempo posible. Una definición operativa, al igual que esta: “la distancia es lo que miden las reglas”.

Ahora bien, ¿cómo sabemos que nuestros relojes son precisos y avanzan juntos sincronizadamente? Eso lo estableció Isaac Newton en su ley de la mecánica, la ley de inercia: allí dictaminó cómo se mueve un objeto solitario en el universo cuando su posición en cada instante se mide con buenas reglas y buenos relojes: su velocidad permanece constante.

  • Es absolutamente genial que la primera ley sea de algún modo autorreferente. Más que una ley de la naturaleza, define los sistemas de referencia y medición en los que su teoría funciona.

Para Newton, el tiempo era un flujo, el mismo para todos. Un cronómetro universal con el que podíamos sincronizarnos. Pero en 1905, empujado por la exitosa teoría de la electricidad y el magnetismo, Albert Einstein propuso algo distinto: el tiempo y el espacio son de naturaleza similar, se mezclan de modo que un partido de fútbol, que tiene una duración de 90 minutos en los relojes del público, puede durar siglos para un observador que pasa a una velocidad cercana a la de la luz en una nave sobre la cancha.

Esta “relatividad” de los lapsos temporales se hace aún más extraña con la teoría de la relatividad general, que dictamina que los relojes marchan más lentamente cerca de objetos masivos.

  • Si pudiésemos observar un reloj acercándose a un agujero negro, su ritmo se ralentizaría hasta detenerse en su horizonte de eventos, esa superficie que, una vez cruzada, no podremos regresar.
  • Sucede que el tiempo y el espacio son plásticos, se curvan y vibran en presencia de materia o energía.

Pero más allá de toda esta plasticidad, hay una propiedad fundamental del tiempo que ninguna teoría científica ha podido torcer: su irreversibilidad. En el espacio podemos ir a un lugar y luego volver. En el tiempo no hay vuelta atrás.

  • Distintos observadores pueden avanzar a distintos ritmos, lo que permite viajar al futuro, pero el viraje en U temporal es imposible.
  • De hecho, la razón por la que no podemos escapar de un agujero negro es porque, una vez que cruzamos su horizonte, el centro del agujero negro es nuestro futuro. Es el tiempo el que nos empuja.

La razón de esta flecha del tiempo no es clara del todo. Para objetos grandes, se invoca la llamada “segunda ley de la termodinámica”, pero en el micromundo, en donde reina la mecánica cuántica, la cosa es más complicada.

Esperemos que, con el tiempo, algunos de estos misterios puedan despejarse.

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EL TIEMPO: UN FENÓMENO CÍCLICO EN LA NATURALEZA

Por Gonzalo Olivares
Bioquímico y doctor en ciencias biológicas

El tiempo, en su dimensión biológica, es un fenómeno cíclico omnipresente que permea todos los aspectos de la vida en la Tierra. En biología, no es sólo una dimensión abstracta; es un actor principal en el desarrollo, funcionamiento y destino de los organismos vivos. Desde el desarrollo embrionario hasta el envejecimiento y la evolución, ningún ser vivo escapa de su influencia.

  • En el desarrollo embrionario, el tiempo desempeña un papel crucial. Este proceso implica la ejecución de un programa celular, molecular y mecánico con una precisión temporal exquisita. Desde una sola célula hasta un organismo complejo, cada etapa debe ocurrir en el momento adecuado para asegurar el crecimiento y la formación correctos.
  • Pero, ¿qué sucede cuando este programa falla?Un desajuste en estos eventos temporales puede desencadenar anomalías que comprometen la viabilidad del organismo.

Asimismo, los organismos vivos poseen relojes biológicos internos que regulan sus ritmos circadianos, ciclos diarios que orquestan funciones como el sueño, la alimentación y el metabolismo. Estos relojes no sólo sincronizan las actividades biológicas con el ciclo de luz y oscuridad (día-noche), sino que también garantizan que los procesos celulares ocurran en los momentos más adecuados para la supervivencia.

  • Su precisión es esencial para la salud y el bienestar.Un reloj desajustado no sólo afecta el comportamiento diario, sino que también puede tener consecuencias en la longevidad y la calidad de vida.

El envejecimiento, por su parte, es un proceso inexorable vinculado al tiempo. A medida que pasan los años, los componentes celulares y moleculares se deterioran, afectando la funcionalidad del organismo. Sin embargo, este proceso no es uniforme: la edad cronológica, determinada por la fecha de nacimiento, no siempre coincide con la edad biológica, que refleja el estado funcional y fisiológico de las células.

  • Esta discrepancia puede evidenciar un envejecimiento acelerado, influido por factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.

Finalmente, el tiempo es también el escenario en el que opera la evolución, aunque en escalas tan vastas que su comprensión escapa a nuestra percepción cotidiana. A lo largo de millones de años, las especies se adaptan y evolucionan, acumulando cambios genéticos que reflejan la interacción entre los organismos y su entorno. Este proceso pone de manifiesto el poder del tiempo como agente transformador.

Desde la organización celular hasta los ciclos circadianos, pasando por el envejecimiento y la evolución, el tiempo actúa como un hilo conductor que entrelaza los fenómenos biológicos.

Comprender su papel no sólo nos invita a apreciar la complejidad de estos procesos, sino también a reflexionar sobre nuestra relación con el tiempo.

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EL CUESTIONARIO: FABIOLA ARÉVALO

Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a una persona dedicada a la ciencia. En esta edición entrevistamos a la doctora en Ciencias Físicas y académica del Núcleo de Matemáticas, Física y Estadística de la Universidad Mayor, sede Temuco, Fabiola Arévalo.

-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia? 

-Según mis padres, siempre fui curiosa, pero lo que realmente marcó mi camino hacia la ciencia fue mi pasión por los libros y los programas científicos que veía en televisión. Disfrutaba leer de todas las áreas, pero a fines de la media me fui inclinando por temas como matemática, física y astronomía, influenciada por los campamentos scout de mi colegio. En esto, los libros de Carl Sagan fueron una tremenda inspiración, tanto por su forma de explicar la ciencia, como por su énfasis en comunicarla.

También me marcaron la ciencia ficción y la comedia Third Rock from the Sun, donde un grupo de alienígenas intentaba pasar desapercibido. El protagonista fingía ser físico en una universidad, pues era una profesión que era igual en todo el universo. Ser científica me pareció fascinante, y aunque no he encontrado alienígenas, mi trabajo no me ha decepcionado.

-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad? 

-La teoría de la relatividad general de Einstein ha sido una de las mayores influencias en mi camino científico. Reúne todo lo que me interesaba de niña y mucho más. Lo que alguna vez contemplé en el cielo con preguntas e imaginación, hoy lo puedo analizar en un programa en mi computadora gracias a esta teoría. Me pareció hermoso que, de primeros principios y simetrías matemáticas, con la relatividad general se llegara a hacer predicciones tan generales como el hecho de que el universo se mueve. Además, con esta teoría y muchos datos astronómicos podemos hacer preguntas sobre cuál fue el comienzo del universo y como sería su destino final, que es en lo que trabajo actualmente.

-¿Cuál es el problema científico más importante por resolver? 

-En mi área de trabajo hay múltiples preguntas abiertas. Por ejemplo, se ha encontrado que más de 90 % del contenido del universo es de naturaleza desconocida; lo llamamos materia y energía oscura. En esta última, el error entre lo predicho teóricamente y lo encontrado es de 10120. El universo es tan grande que no sabemos si podremos detectar vida en otros planetas y por la expansión es cada vez aún más grande.

Sin embargo, creo que el problema más importante por resolver trasciende los límites de cualquier disciplina: la relación entre la ciencia y la sociedad.

-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científica y cómo la enfrentas? 

-Una de las cuestiones que más me inquieta como científica es la falta de comunicación efectiva entre la investigación y la sociedad, e incluso entre distintas áreas del conocimiento. Esto fue especialmente relevante para mí a partir del terremoto del 2010, cuando era estudiante. Estuve días sin luz, ni agua y con toque de queda, pero además de la situación, algo que me quitaba el sueño era lo que la gente me decía de los terremotos. Intenté explicar logaritmos, que los terremotos no se predicen ni se provocan, pero la recepción en mi entorno fue de escepticismo, como si hablase otro idioma.

Esta experiencia me llevó a reflexionar sobre la responsabilidad de promover un diálogo accesible con la sociedad y a redoblar esfuerzos para construir puentes que faciliten el entendimiento y la difusión del conocimiento. Desde la academia no deberíamos sonar como alienígenas para la sociedad, sino que debemos redoblar esfuerzos para un mejor entendimiento mutuo.

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LA IMAGEN DE LA SEMANA

Crédito: Dr (c) Raúl Ugalde y Dr. Eduardo Morgado.

Por Camilo Sanchez
Geólogo

La imagen de esta semana nos muestra un cristal de circón en una roca volcánica, fotografiado por el geólogo Raúl Ugalde utilizando un microscopio electrónico de barrido. Este circón posee marcas de corrosión y caras bien desarrolladas, lo que es típico en cristales volcánicos, y su estudio permite conocer la edad de la roca en donde se encuentra alojado.

El circón (ZrSiO4es un mineral formado principalmente por circonio, silíceo y oxígeno, y es uno de los minerales más relevantes para definir edades en geología, en lo que se denomina geocronología.

  • Durante su formación, el circón incorpora en su estructura pequeñas cantidades de otros elementos como el uranio (U) y el torio (Th).
  • Estos elementos poseen isótopos que se transforman naturalmente en plomo (Pb), en un proceso denominado decaimiento radiactivo. La transformación o decaimiento del U y el Th en Pb, se conoce como el geocronómetro U-Th-Pb, y proporciona la base para una determinación precisa y exacta de la edad del circón.

Así, la edad del circón puede relacionarse con eventos clave en la historia de la Tierra, como la edad de las rocas más antiguas, episodios de extinción, eventos de formación de montañas y continentes, e incluso con la edad de los meteoritos.

  • El circón de la imagen se encuentra en una roca formada por una erupción volcánica pequeña dentro del Parque Nacional Patagonia en la Región de Aysén.

Esa erupción fue datada por medio del geocronómetro U-Th-Pb y se estableció que ocurrió hace aproximadamente 40 millones de años, cuando esa zona estaba dominada por ríos sinuosos, bosques frondosos y un clima cálido; algo muy diferente a lo que se aprecia hoy en día.

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BREVES PARALELAS

La edad del agua

Por Sofía Vargas
Doctora en Ciencias

¿Qué edad crees que tiene el agua que consumes y cómo se relaciona con el tiempo? Para responder esta pregunta, es necesario plantearse otra: ¿cuál es el origen del agua que tomas?

  • Si vives en una ciudad como Santiago, es probable que el agua que consumes provenga de fuentes superficiales, como ríos, en particular el río Maipo. Sin embargo, si resides en otra región, como el norte de Chile, es más probable que el agua provenga de fuentes subterráneas.

Una de las principales características del agua es que siempre está en movimiento; si no fluye río abajo (escorrentía), viaja bajo nuestros pies (infiltración). En algunos casos, el agua se acumula en acuíferos y la extraemos a través de pozos. A esa agua, la que viaja bajo tierra, se le conoce como agua subterránea y es acá donde estableceremos la relación con el tiempo.

  • El tiempo que tarda el agua subterránea en recorrer el subsuelo se conoce como la«edad del agua». En otras palabras, es el tiempo que transcurre desde que el agua comenzó su trayecto bajo tierra hasta que es extraída.

Este viaje no es necesariamente rápido ni directo, ya que el subsuelo no es un espacio homogéneo, sino que está compuesto por diversos sedimentos y rocas. Por lo tanto, el agua se encuentra con diferentes obstáculos y puede tardar cientos o incluso miles de años en llegar a un punto donde se acumule.

  • Un ejemplo de esto es la Pampa del Tamarugal,en la Región de Tarapacá, donde se estima que el agua subterránea tiene más de 10 mil años. Considerando esto, ¿el agua que tomaste hoy es mayor o menor que tú?

Este dato nos recuerda que el agua es un recurso muy valioso y limitado, y que, en el contexto del cambio climático, su cuidado y gestión es crucial.


Medir el tiempo. Medir el tiempo con exactitud puede ser un desafío. Especialmente porque debemos partir escogiendo nuestras unidades de manera precisa. Por ejemplo, ¿qué es un segundo? Un segundo se define como 9.192.631.770 oscilaciones de una onda electromagnética particular producida por un átomo de cesio-133.

  • Los átomos pesados como este tienen una estructura bien estable en sus capas de electrones más internos, por lo que pueden producir estas radiaciones características sin perturbaciones externas.

Los relojes atómicos de hoy se basan en esta estabilidad, y los más precisos, como aquellos que van a bordo de los satélites del sistema GPS, tienen una precisión tan espectacular que si en el big bang hubiésemos sincronizado dos de ellos, hoy tendrían un desfase de menos de un segundo.

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RECOMENDACIONES: VIAJES EN EL TIEMPO

Catedrales de Tara, Chile. Diego Delso, delso.photo, Licencia CC BY-SA.

Por Francisca Munita
Periodista

¿Quién necesita una máquina del tiempo cuando tenemos a Chile? Aquí, los paisajes y las tradiciones parecen congelados en épocas remotas.

  • Desde el misticismo altiplánico hasta los glaciares del fin del mundo, estos destinos no sólo te transportan al pasado: te invitan a vivirlo.
  1. Cochamó, el “Yosemite de Chile” (Región de Los Lagos)
    Si crees que los bosques milenarios son cosa de fantasía, Cochamó te hará reconsiderarlo. Este rincón, sólo accesible por senderos, está rodeado de paredes de granitoque parecen susurrar historias del principio de los tiempos. Aquí, el silencio y la desconexión son el verdadero lujo.
  2. Isla Navarino y los Dientes de Navarino (Región de Magallanes)
    Más allá del fin del mundo, en la Isla Navarino, el tiempo pierde todo sentido. Su trekking, uno de los más australes del planeta, te lleva a paisajes indómitos que parecen no haber sido tocados por el ser humano. Un paraíso para quienes buscan soledad absoluta y panorámicas que te dejan sin palabras.
  3. Camiña y sus terrazas agrícolas (Región de Tarapacá)
    Este oasis en pleno desierto es como un museo vivo de prácticas precolombinas. Las terrazas agrícolasy la vida sencilla de sus habitantes ofrecen una experiencia donde el pasado no es historia: es el presente.
  4. Salar de Tara (Región de Antofagasta)
    A un paso de San Pedro de Atacama, el Salar de Tara parece más un escenario de ciencia ficciónque un lugar real. Con flamencos que desfilan como si no tuvieran prisa y formaciones rocosas que desafían la lógica, este paisaje invita a detener el reloj.
  5. Reserva Nacional Mocho-Choshuenco (Región de Los Ríos)
    En este rincón menos conocido del sur de Chile, los glaciares y paisajes volcánicos te hacen sentir que has viajado a una era prehistórica. Ideal para quienes buscan aventura sin las multitudes.
  6. Sewell, la ciudad minera congelada en el siglo XX (Región de O’Higgins)
    Patrimonio de la Humanidad, Sewell ofrece una mirada única a la vida de los mineros del pasado. Con sus coloridas casas de madera y su aislamiento en la montaña, es una postal de un Chile que ya no existe.

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Bueno, y esto es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo.

Mis agradecimientos al equipo editorial que me apoya en este proyecto: Francisco Crespo, Francisca Munita, Camilo Sánchez y Sofía Vargas, y a todo el equipo de El Mostrador.

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