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Ciencia y ciudad

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¡Buenas tardes, habitantes de este Universo Paralelo! Las ciudades no son solo edificios, calles, autos, bocinazos, almacenes y grandes centros comerciales: también son laboratorios vivos, donde la ciencia, la tecnología y la historia se entrelazan. En este número, exploramos las relaciones entre ciencia y ciudad bajo distintos ángulos.

  • Desde el impacto de la contaminación lumínica en la observación astronómica hasta la resiliencia arquitectónica en un país sísmico como Chile, pasando por el valor de los patrimonios científicos, industriales y culturales, esta edición nos invita a mirar la ciudad con nuevos ojos.

Invitamos al doctor en Astrofísica de la Universidade de São Paulo, Bruno Dias, académico Universidad Andrés Bello, expresidente y actual miembro de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS), para analizar la creciente preocupación por la contaminación lumínica. Un tema que hoy en día está muy en boga en relación con el controvertido proyecto para producir hidrógeno y amoniaco verde por parte de la empresa chilena AES Andes.

  • Sofía Arévalo, doctora en Filosofía, mención Estética y Teoría del Arte, directora de proyectos FONDART 2024 y 2025 en la temática Teatro Objeto, nos invita a un viaje en el tiempo por esas fascinantes construcciones que, en el siglo XX, representaron el epicentro de la vida artístico-cultural del país: los teatros. Con el correr de los años, estos majestuosos edificios experimentaron destinos diferentes, muchos de ellos insospechados para esa época.
  • El cuestionario de hoy lo contesta el arquitecto y doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Marco Barrientos.

La imagen de la semana nos muestra una danza microscópica en donde las bacterias son bailarinas. La odontóloga y candidata a doctora en Genómica Integrativa, Josefa Núñez Belmar, será la encargada de presentarnos y explicarnos esta imagen y su relación con la salud oral de la población.

  • En nuestras Breves Paralelas, tenemos a un conocido de la casa: Francisco Crespo, antropólogo social, quien nos habla sobre ciudades y arquitectura, pero bajo un enfoque tan diferente como inesperado: la mirada macabra y brutal.

Finalmente, la doctora en Historia y directora del Doctorado en Humanidades Aplicadas, UNAB, María José Correa, nos recomendará un panorama que invita a apreciar el patrimonio científico e industrial de nuestra ciudad, que está ahí, frente a nuestras narices, pero que para muchos resulta invisible.

Ojalá disfruten de esta edición. Y, por favor, ayúdennos con la difusión de la ciencia en los medios, compartiendo este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien, ¡inscríbanse ya!

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PROTEGIENDO LOS CIELOS DE CHILE

Por Bruno Días
Doctor en Astrofísica Universidade de São Paulo

Los prístinos cielos del norte de Chile, que han posicionado al país como uno de los epicentros de la observación astronómica, corren peligro con la llamada contaminación lumínica.

Este término se refiere al uso de luz artificial excesivo, ineficiente e inadecuado, por ejemplo, el alumbrado público apuntando hacia arriba o los focos muy intensos con la excusa de entregar mayor seguridad, cuando en realidad generan sombra por contraste y terminan aumentando la inseguridad.

  • También es el uso excesivo de luz blanca o fría que directamente afecta a las observaciones astronómicas, animales nocturnos y a los seres humanos, al tener una fracción muy alta de luz azul.

Chile ha dado pasos significativos para combatir este fenómeno, lo que se tradujo en la nueva norma lumínica, vigente desde octubre de 2024, para resguardar no solo las actividades de los observatorios, sino también la salud de personas y animales.

  • Pero hoy se enfrenta un desafío en Antofagasta con consecuencias a nivel nacional e internacional. Se trata de la propuesta de construcción del proyecto INNA, de la empresa AES Andes, para desarrollar hidrógeno y amoniaco verde, y que se emplazaría al lado del Observatorio Paranal y de los futuros telescopios Cherenkov Telescope Array (CTA) y Extremely Large Telescope (ELT). Este último será el mayor telescopio óptico del mundo.

Según un informe del Observatorio Europeo Austral (ESO), el proyecto INNA aumentaría la contaminación lumínica en hasta un 50% en zonas clave, afectando la calidad de las observaciones astronómicas. Además, alteraría la atmósfera y generaría vibraciones que podrían comprometer el funcionamiento del ELT.

Actualmente el proyecto INNA, que ya ha recibido muchas críticas por informaciones imprecisas, falsas o incompletas, se encuentra en proceso de evaluación ambiental con consulta ciudadana abierta.

  • Esperamos que las soluciones que se implementen permitan que el progreso económico y el progreso de la astronomía chilena e internacional puedan seguir avanzando en armonía.

En 2030, Chile albergará el mayor evento de la astronomía mundial y recibirá alrededor de tres mil expertos en diversas áreas de todo el mundo, incluyendo premios Nobel. Es importante mostrar que nuestro país protege sus cielos oscuros y silenciosos y sigue siendo la ventana hacia el universo.

Nota:

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TEATROS EXTINTOS: SILENTES ESPECTADORES DE LOS CAMBIOS CULTURALES

Teatro Carrera, 1926. Crédito: Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile

Por Sofía Arévalo
Dra. en Filosofía mención Estética y Teoría del Arte

Al recorrer una ciudad, ya sea por una gran avenida, un paseo peatonal o el interior de un barrio, es posible encontrar antiguos teatros olvidados. Algunos están en ruinas, otros han sido transformados en comercios, templos o bares, dejando atrás su pasado teatral. Sin embargo, en su época, estos edificios fueron el corazón cultural de la ciudad, espacios donde la sociedad se reunía para vibrar con el teatro y el cine.

  • A comienzos del siglo XX, en distintas ciudades de Chile se inauguraron majestuosos espacios que combinaban cine y obras teatrales, otorgando a la comunidad un lugar de encuentro y expresión artística. Cada uno tenía su propia historia: arquitectos, planos, fachadas y materiales que aún pueden vislumbrarse en los vestigios de sus muros y pilares.

El destino de estos teatros ha sido diverso. Algunos han desaparecido por completo o han quedado en ruinas tras terremotos o incendios. Otros han sido reutilizados con fines comerciales o religiosos, reflejando los cambios culturales y económicos de la sociedad.

  • Ejemplos de esto son el Teatro Avenida Matta, construido en la década de 1920 y ahora convertido en congregación religiosa; el Teatro Chile, de 1929, transformado en pub; el Teatro Carrera, inaugurado en 1927 y convertido en bar y restaurante en 2012; y el Teatro Capitol, inaugurado en 1928 en Avenida Independencia, actualmente fábrica de hielo.

Casos similares se encuentran en otras ciudades, como el Teatro Pacífico en Valparaíso, hoy abandonado, o el Teatro Enrique Molina Garmendia en Concepción, inaugurado en 1935 y dañado por el terremoto de 1960. En Temuco, el Teatro Tepper, fundado en 1908 en la calle Manuel Bulnes, fue reemplazado por un centro comercial.

  • Estos espacios parecen suspendidos en el tiempo, como si hubiesen sido alcanzados por distintos tipos de hechizos. Algunos evocan las ruinas románticas cargadas de una extraordinaria vida interior, en términos de la crítica de cine Lotte Eisner (2013), mientras que otros cumplen otras funciones, conservando vestigios de su función original. En este sentido, estos teatros extintos son como grandes artistas olvidados, caídos en el abandono o forzados a reinventarse para sobrevivir.

Más allá de la nostalgia que puedan generar, la existencia de estos lugares invita a reflexionar sobre el destino de estos espacios extintos y los cambios culturales que han moldeado la sociedad. Son testigos de la evolución del teatro: un arte resistente, mutable e improvisador, capaz de sobrevivir entre los escombros.

  • Pensar en restaurarlos o devolverles su antigua función no es una solución simple, pues requiere planificación estratégica más allá de decisiones económicas. Lo esencial es aprender a mirar estos espacios, reconocer su valor y entender que, aunque emancipados de su propósito original, siguen latiendo.

Como plantea Didi-Huberman (1992), “por más quieta que sea la apariencia de aquello que miramos, nos mira, nos concierne, nos asedia”. Así, el teatro parece aún respirar en estas ruinas, observándonos y cuestionándonos, como un espectador atento de nuestras acciones y decisiones. La invitación es… observarlos de vuelta.

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EL CUESTIONARIO: MARCO BARRIENTOS

Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a una persona dedicada a la ciencia. En esta edición entrevistamos al arquitecto y doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Marco Barrientos, académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile.

-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?

-Mi formación es en arquitectura, y mi primer acercamiento a la ciencia fue en un taller de investigación en la Universidad Católica, donde descubrí una pasión desconocida para mí. Luego, realicé un doctorado en la misma universidad.

Mi motivación en la ciencia radica en cuestionar, revisar y replantear ideas, lo que considero un desafío fascinante. Vengo de una familia con raíces en la física, ingeniería, diseño y arte, lo que influye en mi forma de interpretar problemas y visualizar soluciones.

La arquitectura, además, aporta la capacidad de pensar espacialmente, un concepto clave en muchas disciplinas. La colaboración entre diversas áreas del conocimiento es fundamental, sobre todo en arquitectura y estudios urbanos, donde se abordan problemas complejos ligados al bienestar humano, un tema universal que trasciende culturas y épocas.

-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?

-Es difícil elegir una sola obra científica que haya influido en mi labor como arquitecto, investigador y docente, ya que en arquitectura son clave los procesos y el contexto en que se desarrolla una obra.

Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, la teoría de la relatividad de Einstein representa un punto de inflexión en la humanidad. Imaginar el espacio-tiempo como algo dinámico es fascinante y desafiante a la vez. La física, además de su relación con la filosofía, condiciona indefectiblemente nuestra existencia.

Respecto de la arquitectura, la estructura de toda construcción obedece ante todo a la necesidad de proporcionar soporte al cuerpo edificado. En Chile, donde la actividad sísmica es determinante, esta disciplina ha alcanzado altos estándares de seguridad, mediante normas estrictas, rigor científico y ética profesional, aunque aún hay mucho por mejorar.

-¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?

-Las ciencias abarcan múltiples ramas y especialidades, cada una con sus propias prioridades. En arquitectura, uno de los mayores desafíos globales es la sostenibilidad, desde el diseño de edificios y materiales con baja huella de carbono hasta la planificación de ciudades resilientes.

Asimismo, la resistencia sísmica es clave en nuestro país, pues los terremotos pueden generar graves daños ambientales, económicos y sociales. Además, la conservación y reutilización de edificaciones es fundamental. En esta línea, la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago ha impulsado iniciativas pioneras en diseño sostenible y valorización del patrimonio construido, reforzadas con la creación de un nuevo magíster en la materia.

-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científico y cómo la enfrentas?

-Muchas preguntas me desvelan y otras, aunque no lo hagan, me motivan como investigador. Me apasiona el fenómeno sísmico, pues aún encierra muchas incógnitas y me sigue generando asombro. En Chile, los sismos han moldeado el paisaje y condicionado su cultura, como lo evidencia el terremoto de Valdivia de 1960.

La pregunta clave no es solo cuándo ocurrirá el próximo, sino cuán preparados estamos para proteger vidas y evaluar el desempeño de las construcciones. Analizar fallas y fortalezas desde la arquitectura, en conjunto con la ingeniería y la geotecnia, permite avanzar en soluciones que mejoren la resiliencia estructural y urbana.

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LA IMAGEN DE LA SEMANA

Crédito: Oral Mechanobiology Lab | UC Chile, Santiago | @simon.alvz (PhD student)

Por Josefa Núñez Belmar
Odontóloga

Recuerdo la primera vez que, en el laboratorio de microbiología, observé bacterias al microscopio. Sentí una fascinación inmediata por el mundo microscópico. En nuestro cuerpo, la proporción de bacterias respecto a las células humanas es aproximadamente 1,3:1.

  • Les invito a reflexionar sobre la importancia de las bacterias en la vida, considerando que su número supera al de nuestras propias células. Desde la odontología, mi camino en la ciencia ha estado marcado por el asombro ante la influencia de estos microorganismos en la salud y enfermedad.

A simple vista, esta imagen parece un entramado caótico de colores vibrantes, pero en realidad muestra la interacción entre Streptococcus (en cian) y Candida albicans (en magenta). Los Streptococcus secretan una matriz de carbohidratos que facilita la adhesión de otros microorganismos, mientras que Candida albicans adopta su forma filamentosa (hifas), brindando estructura y protección a las bacterias. Es casi como un baile microscópico en sincronía.

  • Estas interacciones dan lugar a los biofilms orales, comunidades de microorganismos organizadas en estructuras resistentes, adheridas a dientes, encías y prótesis dentales. Aunque resultan fascinantes desde la microbiología, también representan un desafío clínico, ya que ofrecen a los microorganismos un entorno protector que los hace más resistentes a los tratamientos antimicrobianos.

En el contexto del envejecimiento, la interacción entre bacterias y hongos cobra aún más relevancia. Factores como el uso de prótesis dentales, la disminución del flujo salival y las dificultades en la higiene oral hacen que los adultos mayores sean más propensos a la formación de biofilms, aumentando el riesgo de infecciones como estomatitis protésica, caries y periodontitis.

Este tipo de imágenes e investigaciones son fundamentales para comprender el desarrollo de enfermedades orales y encontrar nuevas estrategias para su prevención y tratamiento.

  • Mi reflexión es que la ciencia nos permite ver lo invisible, comprender lo complejo y, con ello, encontrar nuevas estrategias para mejorar la salud y la vida de las personas.

Finalmente, quiero agradecer a mi colega Simón Álvarez, PhD(c) en Ciencias Médicas UC, por compartir esta imagen y permitirme escribir sobre ella.

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BREVES PARALELAS

Unidad de Habitación de Marsella, uno de los trabajos más famosos de Le Corbusier. Fuente: Iantomferry – Moto E4 phone // licencia Creative Commons

Por Francisco Crespo
Antropólogo social

¡Hoy hablamos de la ciudad! Macabra y sublime creación de la más alta civilización humana, ¿o es inhumana?

  • Ya para mediados del siglo XIX el “problema de la ciudad” era una centralidad para el urbanismo, la filosofía y las ciencias sociales. La principal preocupación era mejorar las condiciones de vida del trabajador “moderno”, que estaba hacinado, y no hubo un urbanista más moderno que el suizo-francés Le Corbusier, quien formuló la idea de las “máquinas de habitar”.

Para este autor, la vivienda debía ser como una máquina, destinada a satisfacer las necesidades de sus habitantes, abrazando los principios de manufactura estandarizada e industrial y dejando a un lado los fundamentos del “arte decorativo” en la arquitectura. Le Corbusier y sus obras fueron una gran fuente de inspiración para el estilo brutalista y para la arquitectura moderna en general.

  • Con su concreto desnudo (producto de la escasez de la Segunda Guerra Mundial) y su promedio de 98 metros cuadrados por apartamento, la Unidad de Habitación de Marsella fue un hito de la arquitectura moderna. Con servicios educacionales, tiendas, escuelas y hasta un cine de 40 butacas en su interior, es la máquina definitiva de habitar.

Quizás te parezca algo horrible, pero para el autor se trataba de la belleza más pura: aquella que buscaba la calidad de vida del trabajador urbano. ¿Qué opinas? ¿Te gustaría vivir en una máquina?

EL BRUTALISMO EN LA ARQUITECTURA
“Muy pocos edificios” 2/10

Si bien el filme El Brutalista, nominado a Mejor Película 2025, me decepcionó por su poco tratamiento del movimiento arquitectónico del cual toma su nombre, ¡aún hay esperanza! Porque vamos por un 2 de 2 hablando de uno de los movimientos más radicales de la arquitectura moderna.

  • El nombre tiene su origen en el suizo y el francés, fuertemente influenciado por Le Corbusier, y hace referencia a la idea de “brut”: crudo, al desnudo, “en bruto” diríamos por acá. No te vayas a confundir y pensar que tiene que ver con “ser bruto”. Al contrario de su imagen violenta, el brutalismo es un movimiento que buscaba construir la mejor vivienda posible, al menor costo posible, eliminando aspectos decorativos del proceso de construcción, construyendo belleza mediante la funcionalidad, las texturas y formas, entregándonos algunos de los edificios más extravagantes.

La arquitectura brutalista fue muy común en Europa oriental y característica de edificios públicos. No obstante, y tal como muestra la cinta homónima, existió una importación norteamericana postguerra de destacados exponentes del género.

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RECOMENDACIÓN: PATRIMONIO CIENTÍFICO E INDUSTRIAL, UN PANORAMA DIFERENTE

Estación Alameda en 1855 | Crédito: www.lugaresdeciencia.cl

Por María José Correa
Doctora en Historia

Existe una oportunidad única para explorar en familia el legado científico e industrial que ha dado forma a nuestra sociedad. Visitar estos espacios permite descubrir, de manera entretenida y educativa, cómo la ciencia y la ingeniería han impactado nuestra vida cotidiana, invitándonos a mirar el pasado con una nueva perspectiva.

  • La Estación Central, conocida también como Estación Alameda, no es solo un ícono arquitectónico, sino además un espacio de ciencia y tecnología asociado a nuevos modos de conceptualizar el movimiento y el tiempo.

Inaugurada en 1857, su diseño funcional y monumental simbolizó la entrada de la capital a una era de modernidad, respondiendo a las nuevas necesidades surgidas tras la incorporación del país al mercado capitalista global. Construida inicialmente con hierro y ladrillo, y ampliada posteriormente por la firma francesa Schneider y Cía., esta infraestructura buscaba atender las demandas técnicas del transporte ferroviario, cada vez más masivo.

  • El ferrocarril trajo consigo una revolución en la movilidad. La inauguración del trayecto entre Valparaíso y Santiago en 1863, que tradicionalmente tomaba entre dos y tres días, se transformó en un viaje breve de alrededor de seis horas. Recorrer en horas lo que antes requería días generó tanto aplausos como tensiones, y nutrió de nuevos recursos para los idearios científicos.

La Estación Central es parte de los lugares de ciencia que han contribuido a la conformación de conceptos científicos, teorías y experticias, y recuerda su dimensión local, colaborativa y social. Vale la pena visitar y conocer estos espacios.

Más que su valor estético, estas infraestructuras reflejan el desarrollo tecnológico y la construcción colectiva del conocimiento, marcando el inicio de nuevas formas de vivir y entender el tiempo.

Conoce más sobre infraestructuras científicas y su relación con los procesos de construcción de la ciencia AQUÍ.


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